viernes, 20 de enero de 2023

EVANGELIO DEL DIA VIERNES 20 DE ENERO DE 2023

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https://youtu.be/dJ4pvieD4qk


VIERNES 2 DEL TIEMPO ORDINARIO


Texto del Evangelio (Mc 3,13-19): En aquel tiempo, Jesús subió al monte y llamó a los que Él quiso; y vinieron donde Él. Instituyó Doce, para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.

«Jesús subió al monte y llamó a los que Él quiso»


Rev. D. Jordi POU i Sabater

(Sant Jordi Desvalls, Girona, España)

Hoy, el Evangelio condensa la teología de la vocación cristiana: el Señor elige a los que quiere para estar con Él y enviarlos a ser apóstoles (cf. Mc 3,13-14). En primer lugar, los elige: antes de la creación del mundo, nos ha destinado a ser santos (cf. Ef 1,4). Nos ama en Cristo, y en Él nos modela dándonos las cualidades para ser hijos suyos. Sólo en vistas a la vocación se entienden nuestras cualidades; la vocación es el “papel” que nos ha dado en la redención. Es en el descubrimiento del íntimo “por qué” de mi existencia cuando me siento plenamente “yo”, cuando vivo mi vocación.

¿Y para qué nos ha llamado? Para estar con Él. Esta llamada implica correspondencia: «Un día —no quiero generalizar, abre tu corazón al Señor y cuéntale tu historia—, quizá un amigo, un cristiano corriente igual a ti, te descubrió un panorama profundo y nuevo, siendo al mismo tiempo viejo como el Evangelio. Te sugirió la posibilidad de empeñarte seriamente en seguir a Cristo, en ser apóstol de apóstoles. Tal vez perdiste entonces la tranquilidad y no la recuperaste, convertida en paz, hasta que libremente, porque te dio la gana —que es la razón más sobrenatural—, respondiste que sí a Dios. Y vino la alegría, recia, constante, que sólo desaparece cuando te apartas de El» (San Josemaría).

Es don, pero también tarea: santidad mediante la oración y los sacramentos, y, además, la lucha personal. «Todos los fieles de cualquier estado y condición de vida están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, santidad que, aún en la sociedad terrena, promueve un modo más humano de vivir» (Concilio Vaticano II).

Así, podemos sentir la misión apostólica: llevar a Cristo a los demás; tenerlo y llevarlo. Hoy podemos considerar más atentamente la llamada, y afinar en algún detalle de nuestra respuesta de amor.


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO

El bordado de mamá

Buenos días, amigo/a

“Cuando yo era pequeño, mi mamá solía coser mucho. Yo me sentaba cerca de ella y le preguntaba qué estaba haciendo. Ella me respondía que estaba bordando. Siendo yo pequeño, observaba el trabajo de mi mamá desde abajo, por eso siempre me quejaba diciéndole que solo veía hilos feos. Ella se sonreía, miraba hacia abajo y gentilmente me decía: —Hijo, ve afuera a jugar un rato y cuando haya terminado mi bordado te pondré sobre mi regazo y te dejaré verlo desde arriba. 

Me preguntaba por qué ella usaba algunos hilos de colores oscuros y por qué me parecían tan desordenados desde donde yo estaba.  Más tarde escuchaba la voz de mamá diciéndome: —Hijo, ven y siéntate en mi regazo.  Yo lo hacía de inmediato y me sorprendía y emocionaba al ver una hermosa flor o un bello atardecer en el bordado. No podía creerlo; desde abajo sólo veía hilos enredados. Entonces mi mamá me decía: —Hijo mío, desde abajo se veía confuso y desordenado, pero no te dabas cuenta de que había un plan arriba.  Yo tenía un hermoso diseño. Ahora míralo desde mi posición, qué bello.

Muchas veces a lo largo de los años he mirado al Cielo y he dicho: —Padre, ¿qué estás haciendo?  Él responde: —Estoy bordando tu vida. Entonces yo le replico: —Pero se ve tan confuso, es un desorden. Los hilos parecen tan oscuros, ¿por qué no son más brillantes? El Padre parecía decirme: —Mi niño, ocúpate de tu trabajo confiando en mí y un día te traeré al Cielo y te pondré sobre mi regazo y verás el plan desde mi posición. Entonces entenderás”. Que la fe tenga un lugar privilegiado en tu corazón. P. Natalio.


Santoral del Día: SAN SEBASTIAN



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miércoles, 18 de enero de 2023

EVANGELIO DEL DIA JUEVES 19 DE ENERO DE 2023

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https://youtu.be/qu8jiCbcVk8


JUEVES 2 DEL TIEMPO ORDINARIO


Texto del Evangelio (Mc 3,7-12): En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos hacia el mar, y le siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, de los alrededores de Tiro y Sidón, una gran muchedumbre, al oír lo que hacía, acudió a Él. Entonces, a causa de la multitud, dijo a sus discípulos que le prepararan una pequeña barca, para que no le aplastaran. Pues curó a muchos, de suerte que cuantos padecían dolencias se le echaban encima para tocarle. Y los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero Él les mandaba enérgicamente que no le descubrieran.

«Le siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, de los alrededores de Tiro y Sidón»


Rev. D. Melcior QUEROL i Solà

(Ribes de Freser, Girona, España)

Hoy, todavía reciente el bautismo de Juan en las aguas del río Jordán, deberíamos recordar el talante de conversión de nuestro propio bautismo. Todos fuimos bautizados en un solo Señor, una sola fe, «en un solo Espíritu para formar un solo cuerpo» (1Cor 12,13). He aquí el ideal de unidad: formar un solo cuerpo, ser en Cristo una sola cosa, para que el mundo crea.

En el Evangelio de hoy vemos cómo «una gran muchedumbre de Galilea» y también otra mucha gente procedente de otros lugares (cf. Mc 3,7-8) se acercan al Señor. Y Él acoge y procura el bien para todos, sin excepción. Esto lo hemos de tener muy presente durante el octavario de oración para la unidad de los cristianos.

Démonos cuenta de cómo, a lo largo de los siglos, los cristianos nos hemos dividido en católicos, ortodoxos, anglicanos, luteranos, y un largo etcétera de confesiones cristianas. Pecado histórico contra una de las notas esenciales de la Iglesia: la unidad.

Pero aterricemos en nuestra realidad eclesial de hoy. La de nuestro obispado, la de nuestra parroquia. La de nuestro grupo cristiano. ¿Somos realmente una sola cosa? ¿Realmente nuestra relación de unidad es motivo de conversión para los alejados de la Iglesia? «Que todos sean uno, para que el mundo crea» (Jn 17,21), ruega Jesús al Padre. Éste es el reto. Que los paganos vean cómo se relaciona un grupo de creyentes, que congregados por el Espíritu Santo en la Iglesia de Cristo tienen un solo corazón y una sola alma (cf. Hch 4,32-34).

Recordemos que, como fruto de la Eucaristía —a la vez que la unión de cada uno con Jesús— se ha de manifestar la unidad de la Asamblea, ya que nos alimentamos del mismo Pan para ser un solo cuerpo. Por tanto, lo que los sacramentos significan, y la gracia que contienen, exigen de nosotros gestos de comunión hacia los otros. Nuestra conversión es a la unidad trinitaria (lo cual es un don que viene de lo alto) y nuestra tarea santificadora no puede obviar los gestos de comunión, de comprensión, de acogida y de perdón hacia los demás.


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Rejuvenecer  

Buenos días, amigo/a

“El Señor perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa, y te colma de gracia y de ternura; el sacia de bienes tus anhelos, y como un águila se renueva tu juventud”. (Salmo 103). Qué maravillosa es la oportunidad de rejuvenecer. El hombre bíblico conocía lo que ahora la ciencia asegura que es verdad: las águilas pueden rejuvenecer.

El águila a los 40 años está casi ciega, las plumas pesadas y feas, el pico se curva hacia dentro lo mismo que las garras y no puede cazar para sobrevivir. Es cuando el águila debe tomar una decisión radical: se somete a una renovación o se deja morir. Las que deciden seguir viviendo, se retiran a lo alto de una roca en donde construyen un nido. Estando allí, ella misma se arranca el pico viejo golpeándolo contra la roca, y sale uno nuevo, con el cual arranca y destroza una por una sus viejas garras. Luego le salen garras nuevas con las cuales arranca sus plumas, hasta quedar pelona. Al mismo tiempo, un aceite le limpia los ojos, devolviéndole la visión. Cuando le crecen estas nuevas plumas, con un pico, garras y nueva visión el águila puede seguir en su vuelo diario por 30 años más. Es un proceso sumamente doloroso de unos 150 días, pero que le ofrece una nueva juventud.

Al orar con los salmos déjate arrebatar por la presencia viva de Dios, envolver por los sentimientos de asombro, exaltación, alabanza, contrición, intimidad, dulzura u otros estados de ánimo que impregnan estos antiguos cánticos (I. Larrañaga). Nacemos con los salmos en la sangre (A. Chouraqui). Aprovecha los salmos para rejuvenecer tu oración y tu vida. P. Natalio.


Santoral del Día: SAN JUAN DE RIVERA



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martes, 17 de enero de 2023

EVANGELIO DEL MIERCOLES 18 DE ENERO DE 2023

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https://youtu.be/-gYxT2meBrI


MIERCOLES 2 DEL TIEMPO ORDINARIO


Texto del Evangelio (Mc 3,1-6): En aquel tiempo, entró Jesús de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano paralizada. Estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarle. Dice al hombre que tenía la mano seca: «Levántate ahí en medio». Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?». Pero ellos callaban. Entonces, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano». Él la extendió y quedó restablecida su mano. En cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los herodianos contra Él para ver cómo eliminarle.

«¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?»


Rev. D. Joaquim MESEGUER García

(Rubí, Barcelona, España)

Hoy, Jesús nos enseña que hay que obrar el bien en todo tiempo: no hay un tiempo para hacer el bien y otro para descuidar el amor a los demás. El amor que nos viene de Dios nos conduce a la Ley suprema, que nos dejó Jesús en el mandamiento nuevo: «Amaos unos a otros como yo mismo os he amado» (Jn 13,34). Jesús no deroga ni critica la Ley de Moisés, ya que Él mismo cumple sus preceptos y acude a la sinagoga el sábado; lo que Jesús critica es la interpretación estrecha de la Ley que han hecho los maestros y los fariseos, una interpretación que deja poco lugar a la misericordia.

Jesucristo ha venido a proclamar el Evangelio de la salvación, pero sus adversarios, lejos de dejarse convencer, buscan pretextos contra Él: «Había allí un hombre que tenía la mano paralizada. Estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarle» (Mc 3,1-2). Al mismo tiempo que podemos ver la acción de la gracia, constatamos la dureza del corazón de unos hombres orgullosos que creen tener la verdad de su parte. ¿Experimentaron alegría los fariseos al ver aquel pobre hombre con la salud restablecida? No, todo lo contrario, se obcecaron todavía más, hasta el punto de ir a hacer tratos con los herodianos —sus enemigos naturales— para mirar de perder a Jesús, ¡curiosa alianza!

Con su acción, Jesús libera también el sábado de las cadenas con las cuales lo habían atado los maestros de la Ley y los fariseos, y le restituye su sentido verdadero: día de comunión entre Dios y el hombre, día de liberación de la esclavitud, día de la salvación de las fuerzas del mal. Nos dice san Agustín: «Quien tiene la conciencia en paz, está tranquilo, y esta misma tranquilidad es el sábado del corazón». En Jesucristo, el sábado se abre ya al don del domingo.


MEMORIA Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Lleno de entusiasmo

Buenos días, amigo/a

Enero es el primer mes del año y un mes de vacaciones para muchas personas, en especial para estudiantes y docentes. Aprovecha este tiempo para restaurar tus energías físicas, mentales y espirituales. Libérate de toda negatividad, renueva tu confianza en Dios, en ti mismo y en los demás, y aviva en tu corazón un nuevo entusiasmo para estrenar cada día del 2009.

Señor, yo no quiero desperdiciar tus dones, no quiero desaprovechar los impulsos de tu gracia. Tengo a mi disposición la vida nueva de la Resurrección y el poder del Espíritu. No quiero desgastarme en lamentos inútiles. Tú me sostienes, tú me das vida, con tu bendición yo puedo correr sin fatigarme. Contigo no debo temer que mis energías se desgasten, porque eres inagotable. Lo que me desgasta es mi desconfianza, mi tristeza, mis miedos. Renuncio a toda esa negatividad, Señor, para que despliegues en mi existencia toda tu gloria. Rodéame, penétrame, Señor, lléname de tu entusiasmo infinito y de tu potencia de vida. Amén.

Te aconsejo rezar con cierta frecuencia esta oración durante el mes de enero, para disponer tu mente y corazón a afrontar este año, con nuevas energías, nuevas ideas, nueva vida y nueva actividad. El Señor te conceda ser decidido, entusiasta y dinámico. P. Natalio.


Santoral del Día: SANTA MARGARITA DE HUNGRIA



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lunes, 16 de enero de 2023

EVANGELIO DEL DIA MARTES 17 DE ENERO DE 2023

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MARTES 2 DEL TIEMPO ORDINARIO


Texto del Evangelio (Mc 2,23-28): Un sábado, cruzaba Jesús por los sembrados, y sus discípulos empezaron a abrir camino arrancando espigas. Decíanle los fariseos: «Mira ¿por qué hacen en sábado lo que no es lícito?». Él les dice: «¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y él y los que le acompañaban sintieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en tiempos del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió los panes de la presencia, que sólo a los sacerdotes es lícito comer, y dio también a los que estaban con él?». Y les dijo: «El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado. De suerte que el Hijo del hombre también es señor del sábado».

«El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado»


Rev. D. Ignasi FABREGAT i Torrents

(Terrassa, Barcelona, España)

Hoy como ayer, Jesús se las ha de tener con los fariseos, que han deformado la Ley de Moisés, quedándose en las pequeñeces y olvidándose del espíritu que la informa. Los fariseos, en efecto, acusan a los discípulos de Jesús de violar el sábado (cf. Mc 2,24). Según su casuística agobiante, arrancar espigas equivale a “segar”, y trillar significa “batir”: estas tareas del campo —y una cuarentena más que podríamos añadir— estaban prohibidas en sábado, día de descanso. Como ya sabemos, los panes de la ofrenda de los que nos habla el Evangelio, eran doce panes que se colocaban cada semana en la mesa del santuario, como un homenaje de las doce tribus de Israel a su Dios y Señor.

La actitud de Abiatar es la misma que hoy nos enseña Jesús: los preceptos de la Ley que tienen menos importancia han de ceder ante los mayores; un precepto ceremonial debe ceder ante un precepto de ley natural; el precepto del reposo del sábado no está, pues, por encima de las elementales necesidades de subsistencia. El Concilio Vaticano II, inspirándose en la perícopa que comentamos, y para subrayar que la persona ha de estar por encima de las cuestiones económicas y sociales, dice: «El orden social y su progresivo desarrollo se han de subordinar en todo momento al bien de la persona, porque el orden de las cosas se ha de someter al orden de las personas, y no al revés. El mismo Señor lo advirtió cuando dijo que el sábado había sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado (cf. Mc 2,27)».

San Agustín nos dice: «Ama y haz lo que quieras». ¿Lo hemos entendido bien, o todavía la obsesión por aquello que es secundario ahoga el amor que hay que poner en todo lo que hacemos? Trabajar, perdonar, corregir, ir a misa los domingos, cuidar a los enfermos, cumplir los mandamientos..., ¿lo hacemos porque toca o por amor de Dios? Ojalá que estas consideraciones nos ayuden a vivificar todas nuestras obras con el amor que el Señor ha puesto en nuestros corazones, precisamente para que le podamos amar a Él.


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Jesús te mira

Buenos días, amigo/a

Cuenta la Biblia que cuando José era esclavo en Egipto, la mujer de su patrón lo instigaba día tras día a cometer un grave delito. Educado desde su niñez a vivir en la presencia de Dios, le dijo terminantemente que no estaba dispuesto a ofender a Dios. La perversa mujer encontró el modo de calumniarlo, y Putifar, su esposo, lo mandó a la cárcel.

Un ladrón a la media noche se mete en una casa a robar. Entra por una ventana y, cuando está adentro en la oscuridad, oye una voz que dice: —¡Jesús te está mirando!

Entonces, el ladrón se asusta y se detiene. Luego como ve que no ocurre nada, continúa. Y de nuevo la voz le dice: —¡Jesús te está mirando! El ladrón asustado prende la luz y ve que la voz venía de un loro que estaba en una jaula, y el ladrón le dice: —¡Ahhh, que susto me diste! ¿Cómo te llamas, lorito? Y el loro le responde: —Me llamo Pedro. —Pedro es un nombre extraño para un loro. Y el loro le contesta: —¡Más extraño es el nombre Jesús para un Doberman!

Una vez Dios le dijo a Abrahán, bisabuelo de José: “Camina en mi presencia y sé perfecto”. Esta enseñanza pasó de padres a hijos. José, persuadido de que el Señor veía y conocía incluso sus pensamientos y deseos, desde pequeño llevó una vida santa y justa. Y Dios lo premió con el don de interpretar los sueños. Por medio de este talento salió de la cárcel para sentarse en un trono junto al Faraón de Egipto. Amigo/a, ¿vives en la presencia del Señor con santidad y justicia? P. Natalio.


Santoral del Día: SAN GENARO SANCHEZ DELGADILLO



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domingo, 15 de enero de 2023

EVANGELIO DEL DIA LUNES 16 DE ENERO DE 2023

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https://youtu.be/0K0V2ScmnZE


LUNES 2 DEL TIEMPO ORDINARIO


Texto del Evangelio (Mc 2,18-22): Como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vienen y le dicen a Jesús: «¿Por qué mientras los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, tus discípulos no ayunan?». Jesús les dijo: «¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Mientras tengan consigo al novio no pueden ayunar. Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán, en aquel día.

»Nadie cose un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, pues de otro modo, lo añadido tira de él, el paño nuevo del viejo, y se produce un desgarrón peor. Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos; de otro modo, el vino reventaría los pellejos y se echaría a perder tanto el vino como los pellejos: sino que el vino nuevo se echa en pellejos nuevos».

«¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos?»


Rev. D. Joaquim VILLANUEVA i Poll

(Barcelona, España)

Hoy comprobamos cómo los judíos, además del ayuno prescrito para el Día de la Expiación (cf. Lev 16,29-34) observaban muchos otros ayunos, tanto públicos como privados. Eran expresión de duelo, de penitencia, de purificación, de preparación para una fiesta o una misión, de petición de gracia a Dios, etc. Los judíos piadosos apreciaban el ayuno como un acto propio de la virtud de la religión y muy grato a Dios: el que ayuna se dirige a Dios en actitud de humildad, le pide perdón privándose de aquellas cosas que, satisfaciéndole, le hubieran apartado de Él.

Que Jesús no inculque esta práctica a sus discípulos y a los que le escuchan, sorprende a los discípulos de Juan y a los fariseos. Piensan que es una omisión importante en sus enseñanzas. Y Jesús les da una razón fundamental: «¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos?» (Mc 2,19). El esposo, según la expresión de los profetas de Israel, indica al mismo Dios, y es manifestación del amor divino hacia los hombres (Israel es la esposa, no siempre fiel, objeto del amor fiel del esposo, Yahvé). Es decir, Jesús se equipara a Yahvé. Está aquí declarando su divinidad: llama a sus discípulos «los amigos del esposo», los que están con Él, y así no necesitan ayunar porque no están separados de Él.

La Iglesia ha permanecido fiel a esta enseñanza que, viniendo de los profetas e incluso siendo una práctica natural y espontánea en muchas religiones, Jesucristo la confirma y le da un sentido nuevo: ayuna en el desierto como preparación a su vida pública, nos dice que la oración se fortalece con el ayuno, etc.

Entre los que escuchaban al Señor, la mayoría serían pobres y sabrían de remiendos en vestidos; habría vendimiadores que sabrían lo que ocurre cuando el vino nuevo se echa en odres viejos. Les recuerda Jesús que han de recibir su mensaje con espíritu nuevo, que rompa el conformismo y la rutina de las almas avejentadas, que lo que Él propone no es una interpretación más de la Ley, sino una vida nueva.


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Sabio y prudente


Buenos días, amigo/a

El saber tiene aspectos teóricos y prácticos. Hay personas que sobresalen en la teoría, otras en la práctica. Pero hay quienes tienen talento para una y otra dimensión. Los dos aspectos son importantes y necesarios. En las empresas tratan de formar equipos en que haya personas que se complementen mutuamente.

En Génesis 41 se cuenta que José fue llamado de la cárcel para que interpretara dos misteriosos sueños del Faraón. Después de una interpretación brillante, afirmó: “Por eso, es necesario que el Faraón busque un hombre sabio y prudente, y lo ponga al frente de todo Egipto”. En efecto debería administrar los difíciles períodos de carestía y abundancia que se venían a corto plazo. El Faraón respondió: “Ya que Dios te ha hecho conocer todas estas cosas, no hay nadie que sea tan sabio y prudente como tú”. Y lo nombró Virrey de Egipto.

Hombre “sabio y prudente”, son dos adjetivos que funcionan como sinónimos y, al reforzarse, equivalen al superlativo “muy sabio”; pero, también subrayan que, por una parte, debe ser una persona de clara visión del conjunto y, además, con la habilidad de tomar decisiones concretas para llegar a felices resultados. Amigo/a, aprecia y armoniza estos dos aspectos del saber en tu propia vida. P. Natalio.


Santoral del Día:  SAN MARCELO

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sábado, 14 de enero de 2023

EVANGELIO DEL DIA DOMINGO 15 DE ENERO DE 2023

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https://youtu.be/2RMPh45ZTqM


DOMINGO 2 DEL TIEMPO ORDINARIO


Texto del Evangelio (Jn 1,29-34): En aquel tiempo, vio Juan venir Jesús y dijo: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es por quien yo dije: ‘Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo’. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que Él sea manifestado a Israel».

Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre Él. Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo’. Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios».

«He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo»


Rev. D. Joaquim FORTUNY i Vizcarro

(Cunit, Tarragona, España)

Hoy hemos escuchado a Juan que, al ver a Jesús, dice: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jn 1,29). ¿Qué debieron pensar aquellas gentes? Y, ¿qué entendemos nosotros? En la celebración de la Eucaristía todos rezamos: «Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros / danos la paz». Y el sacerdote invita a los fieles a la Comunión diciendo: «Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo...».

No dudemos de que, cuando Juan dijo «he ahí el Cordero de Dios», todos entendieron qué quería decir, ya que el “cordero” es una metáfora de carácter mesiánico que habían usado los profetas, principalmente Isaías, y que era bien conocida por todos los buenos israelitas.

Por otro lado, el cordero es el animalito que los israelitas sacrifican para rememorar la pascua, la liberación de la esclavitud de Egipto. La cena pascual consiste en comer un cordero.

Y aun los Apóstoles y los padres de la Iglesia dicen que el cordero es signo de pureza, simplicidad, bondad, mansedumbre, inocencia... y Cristo es la Pureza, la Simplicidad, la Bondad, la Mansedumbre, la Inocencia. San Pedro dirá: «Habéis sido rescatados (...) con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo» (1Pe 1,18.19). Y san Juan, en el Apocalipsis, emplea hasta treinta veces el término “cordero” para designar a Jesucristo.

Cristo es el cordero que quita el pecado del mundo, que ha sido inmolado para darnos la gracia. Luchemos para vivir siempre en gracia, luchemos contra el pecado, aborrezcámoslo. La belleza del alma en gracia es tan grande que ningún tesoro se le puede comparar. Nos hace agradables a Dios y dignos de ser amados. Por eso, en el “Gloria” de la Misa se habla de la paz que es propia de los hombres que ama el Señor, de los que están en gracia.

San Juan Pablo II, urgiéndonos a vivir en la gracia que el Cordero nos ha ganado, nos dice: «Comprometeos a vivir en gracia. Jesús ha nacido en Belén precisamente para eso (...). vivir en gracia es la dignidad suprema, es la alegría inefable, es garantía de paz, es un ideal maravilloso».


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

El astrónomo

Buenos días, amigo/a

“Los ideales se parecen a las estrellas, porque nunca los alcanzamos; pero, como los navegantes, dirigimos por ellos el curso de nuestras vidas”, escribió Albert Schweitzer premio Nobel de la Paz (1952). Es importante lograr una feliz armonía entre tus sueños y la realidad en medio de la cual debes encarnar los ideales que movilizan tu vida.

Tenía un astrónomo la costumbre de pasear todas las noches estudiando los astros. Un día que vagaba por las afueras de la ciudad, absorto en la contemplación del cielo, sin darse cuenta cayó inopinadamente en un pozo. Estaba lamentándose y dando voces, cuando acertó a pasar un hombre que, oyendo sus lamentos, se le acercó para saber el motivo; enterado de lo sucedido, dijo: —Amigo mío, quieres ver lo que hay en el cielo y no ves lo que hay en la tierra…

Albert Schweitzer, alimentaba elevados ideales de paz, justicia y amor hacia los más necesitados. Era filósofo y eminente organista, con un brillante y cómodo porvenir en Europa. Pero se especializó en medicina tropical y se fue al África francesa, Lambarené (Gabón), donde levantó un hospital que dirigió hasta su muerte a los 90 años (1965). Hermoso ejemplo, ¿verdad? P. Natalio.


Santoral del Día: SAN ARNOLDO JANSSEN



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EVANGELIO DEL DIA SABADO 14 DE ENERO DE 2023

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SABADO 1 DEL TIEMPO ORDINARIO


Texto del Evangelio (Mc 2,13-17): En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo por la orilla del mar, toda la gente acudía a Él, y Él les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme». Él se levantó y le siguió. Y sucedió que estando Él a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían. Al ver los escribas de los fariseos que comía con los pecadores y publicanos, decían a los discípulos: «¿Qué? ¿Es que come con los publicanos y pecadores?». Al oír esto Jesús, les dice: «No necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores».

«No he venido a llamar a justos, sino a pecadores»


Rev. D. Joaquim MONRÓS i Guitart

(Tarragona, España)

Hoy, en la escena que relata san Marcos, vemos cómo Jesús enseñaba y cómo todos venían a escucharle. Es manifiesto el hambre de doctrina, entonces y también ahora, porque el peor enemigo es la ignorancia. Tanto es así, que se ha hecho clásica la expresión: «Dejarán de odiar cuando dejen de ignorar».

Pasando por allí, Jesús vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado donde cobraban impuestos y, al decirle «sígueme», dejándolo todo, se fue con Él. Con esta prontitud y generosidad hizo el gran “negocio”. No solamente el “negocio del siglo”, sino también el de la eternidad.

Hay que pensar cuánto tiempo hace que el negocio de recoger impuestos para los romanos se ha acabado y, en cambio, Mateo —hoy más conocido por su nuevo nombre que por el de Leví— no deja de acumular beneficios con sus escritos, al ser una de las doce columnas de la Iglesia. Así pasa cuando se sigue con prontitud al Señor. Él lo dijo: «Y todo el que haya dejado casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o campo por mi nombre, recibirá el ciento por uno y gozará de la vida eterna» (Mt 19,29).

Jesús aceptó el banquete que Mateo le ofreció en su casa, juntamente con los otros cobradores de impuestos y pecadores, y con sus apóstoles. Los fariseos —como espectadores de los trabajos de los otros— hacen presente a los discípulos que su Maestro come con gente que ellos tienen catalogados como pecadores. El Señor les oye, y sale en defensa de su habitual manera de actuar con las almas: «No he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mc 2,17). Toda la Humanidad necesita al Médico divino. Todos somos pecadores y, como dirá san Pablo, «todos han pecado y se han privado de la gloria de Dios» (Rm 3,23).

Respondamos con la misma prontitud con que María respondió siempre a su vocación de corredentora.


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Vivir el amor cristiano


Buenos días, amigo/a

Una vez el escritor y conferencista Leo Buscaglia fue invitado a ser juez de un certamen. Se trataba de descubrir y premiar al niño más amoroso. El ganador fue un niño de 4 años. Al lado de su casa un anciano había perdido a su esposa. El niño que había visto al anciano llorar en el patio, se le acercó y se sentó junto a él. Cuando su mamá le preguntó qué le había dicho él al anciano vecino, el niño respondió: “Nada, sólo lo ayudé a llorar”. La Reina de la Paz hoy nos dice:

 “¡Queridos hijos! Hoy los invito a todos a vivir en sus vidas el amor a Dios y al prójimo. Sin amor, queridos hijos, ustedes no pueden hacer nada. Es por eso que yo los invito, queridos hijos, a vivir el amor mutuo. Sólo así podrán ustedes amarme y aceptarme a mí y a todos aquellos que vienen a su parroquia: todos sentirán mi amor a través de ustedes. Por tanto, les ruego, queridos hijos, que comiencen desde hoy a amar con un amor ardiente, con el amor con el que yo los amo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

El famoso pastor Martin Luther King dijo una vez: “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos”. El amor a Dios y el amor al prójimo son como las dos hojas de una misma puerta: sólo pueden abrirse y cerrarse juntas. P. Natalio.


Santoral del Día: SAN FELIX DE NOLA



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jueves, 12 de enero de 2023

EVANGELIO DEL DIA VIERNES 13 DE ENERO DE 2023

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https://youtu.be/EFJO_Z7JPK0


VIERNES 1 DEL TIEMPO ORDINARIO


Texto del Evangelio (Mc 2,1-12): Entró de nuevo en Cafarnaum; al poco tiempo había corrido la voz de que estaba en casa. Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio, y Él les anunciaba la Palabra.

Y le vienen a traer a un paralítico llevado entre cuatro. Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo encima de donde Él estaba y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados».

Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones: «¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?». Pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: «¿Por qué pensáis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: ‘Tus pecados te son perdonados’, o decir: ‘Levántate, toma tu camilla y anda?’ Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -dice al paralítico-: ‘A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’».

Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: «Jamás vimos cosa parecida».

«Hijo, tus pecados te son perdonados (...). A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa»


Rev. D. Joan Carles MONTSERRAT i Pulido

(Cerdanyola del Vallès, Barcelona, España)

Hoy vemos nuevamente al Señor rodeado de un gentío: «Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio» (Mc 2,2). Su corazón se deshace ante la necesidad de los otros y les procura todo el bien que se puede hacer: perdona, enseña y cura a la vez. Ciertamente, les dispensa ayuda a nivel material (en el caso de hoy, lo hace curando una enfermedad de parálisis), pero —en el fondo— busca lo mejor y primero para cada uno de nosotros: el bien del alma.

Jesús-Salvador quiere dejarnos una esperanza cierta de salvación: Él es capaz, incluso, de perdonar los pecados y de compadecerse de nuestra debilidad moral. Antes que nada, dice taxativamente: «Hijo, tus pecados te son perdonados» (Mc 2,5). Después, lo contemplamos asociando el perdón de los pecados —que dispensa generosa e incansablemente— a un milagro extraordinario, “palpable” con nuestros ojos físicos. Como una especie de garantía externa, como para abrirnos los ojos de la fe, después de declarar el perdón de los pecados del paralítico, le cura la parálisis: «‘A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’. Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos» (Mc 2,11-12).

Este milagro lo podemos revivir frecuentemente nosotros con la Confesión. En las palabras de la absolución que pronuncia el ministro de Dios («Yo te absuelvo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo») Jesús nos ofrece nuevamente —de manera discreta— la garantía externa del perdón de nuestros pecados, garantía equivalente a la curación espectacular que hizo con el paralítico de Cafarnaum.

Ahora comenzamos un nuevo tiempo ordinario. Y se nos recuerda a los creyentes la urgente necesidad que tenemos del encuentro sincero y personal con Jesucristo misericordioso. Él nos invita en este tiempo a no hacer rebajas ni descuidar el necesario perdón que Él nos ofrece en su alcoba, en la Iglesia.


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Insultos y alabanzas

Buenos días, amigo/a

No siempre lo que aprueban o desaprueban los demás es lo correcto. Es mejor prestar atención a nuestra conciencia para percibir la verdad. No te dejes esclavizar del temor a lo que dirán los otros. El Cura de Ars decía: “¿Saben cuál es la primera tentación del demonio a una persona que ha comenzado a servir mejor a Dios? Es el respeto humano”.

Un hermano fue a buscar al abad Macario de Egipto, y le dijo: "Padre, dime una palabra a fin de que me salve". Y el Anciano dijo: "Ve, al cementerio e injuria a los muertos". El hermano fue, los injurió y les arrojó piedras; después regresó para informar al Anciano. Este le dijo: "¿No te dijeron nada?" El respondió que no. El Anciano le dijo: "Regresa allí mañana y alábalos". Entonces el hermano fue y los alabó diciendo: "Apóstoles, santos y justos" y regresó donde el Anciano y le dijo: "Ya cumplí la orden". Macario le preguntó: "¿No te respondieron nada?" El hermano dijo que no. El Anciano le dijo: "Tú sabes qué insultos les dirigiste, sin que ellos te respondieran y qué alabanzas sin que ellos te hablaran. Así también tú, si quieres salvarte, conviértete en un muerto y, como los muertos, no tengas en cuenta ni los desprecios de los hombres ni sus alabanzas".

Con una comparación ingeniosa san Francisco de Sales nos persuade de lo desacertado que es dar una importancia excesiva al parecer de los que nos rodean: “Temblar ante el juicio de los demás, es como tener reparo de viajar en verano por miedo a las moscas”. Que sepas tomar tus decisiones ante Dios y tu conciencia. P. Natalio.


Santoral del Día:  SAN HILARIO DE POITIERS



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miércoles, 11 de enero de 2023

EVANGELIO DEL DIA JUEVES 12 DE ENERO DE 2023

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https://youtu.be/lfn1nmRwpCs


JUEVES 1 DEL TIEMPO ORDINARIO


Texto del Evangelio (Mc 1,40-45): En aquel tiempo, vino a Jesús un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme». Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio». Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio. Le despidió al instante prohibiéndole severamente: «Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio».

Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a Él de todas partes.

«‘Si quieres, puedes limpiarme’ (...). ‘Quiero; queda limpio’»


Rev. D. Xavier PAGÉS i Castañer

(Barcelona, España)

Hoy, en la primera lectura, leemos: «¡Ojalá oyereis la voz del Señor: ‘No queráis endurecer vuestros corazones’!» (Heb 3,7-8). Y lo repetimos insistentemente en la respuesta al Salmo 94. En esta breve cita, se contienen dos cosas: un anhelo y una advertencia. Ambas conviene no olvidarlas nunca.

Durante nuestro tiempo diario de oración deseamos y pedimos oír la voz del Señor. Pero, quizá, con demasiada frecuencia nos preocupamos de llenar ese tiempo con palabras que nosotros queremos decirle, y no dejamos tiempo para escuchar lo que el Buen Dios nos quiere comunicar. Velemos, por tanto, para tener cuidado del silencio interior que —evitando las distracciones y centrando nuestra atención— nos abre un espacio para acoger los afectos, inspiraciones... que el Señor, ciertamente, quiere suscitar en nuestros corazones.

Un riesgo, que no podemos olvidar, es el peligro de que nuestro corazón —con el paso del tiempo— se nos vaya endureciendo. A veces, los golpes de la vida nos pueden ir convirtiendo, incluso sin darnos cuenta de ello, en una persona más desconfiada, insensible, pesimista, desesperanzada... Hay que pedir al Señor que nos haga conscientes de este posible deterioro interior. La oración es ocasión para echar una mirada serena a nuestra vida y a todas las circunstancias que la rodean. Hemos de leer los diversos acontecimientos a la luz del Evangelio, para descubrir en cuáles aspectos necesitamos una auténtica conversión.

¡Ojalá que nuestra conversión la pidamos con la misma fe y confianza con que el leproso se presentó ante Jesús!: «Puesto de rodillas, le dice: ‘Si quieres, puedes limpiarme’» (Mc 1,40). Él es el único que puede hacer posible aquello que por nosotros mismos resultaría imposible. Dejemos que Dios actúe con su gracia en nosotros para que nuestro corazón sea purificado y, dócil a su acción, llegue a ser cada día más un corazón a imagen y semejanza del corazón de Jesús. Él, con confianza, nos dice: «Quiero; queda limpio» (Mc 1,41).


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Cuida tus pensamientos


Buenos días, amigo/a

En cierta oportunidad Dios se apareció a Abrahán y le dijo: “Camina en mi presencia, y sé perfecto” (Gn 17, 1). Esta es una norma preciosa para vigilar no sólo nuestras acciones sino también los pensamientos y deseos más íntimos, pues todo está patente a los ojos de Dios. Por otra parte, es cierto que en la raíz de toda acción hay un pensamiento que la generó.

Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras.

Cuida tus palabras porque se volverán actos.

Cuida tus actos porque se harán costumbres.

Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter.

Cuida tu carácter porque formará tu destino.

Y tu destino será tu vida.  Mahatma Gandhi.


No hay nada en el hombre que sea de poca importancia en lo que se refiere a la moral. La Biblia dice “Quien desprecia las pequeñas cosas, poco a poco caerá (en transgresiones graves)” (Eclo 19,1). Toda virtud no es otra cosa que un hábito o costumbre buena. Como todo vicio es una mala costumbre. Agradar a Dios que te ve, sea el anhelo de tu corazón. P. Natalio.


Santoral del Día: SAN ARCADIO



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martes, 10 de enero de 2023

EVANGELIO DEL DIA MIERCOLES 11 DE ENERO DE 2023

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https://youtu.be/oHi889y7-IQ


MIERCOLES 1 DEL TIEMPO ORDINARIO


Texto del Evangelio (Mc 1,29-39): En aquel tiempo, Jesús, saliendo de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella. Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles.

Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados; la ciudad entera estaba agolpada a la puerta. Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían.

De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración. Simón y sus compañeros fueron en su busca; al encontrarle, le dicen: «Todos te buscan». El les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido». Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.

«De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración»


Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM

(Barcelona, España)

Hoy vemos claramente cómo Jesús dividía la jornada. Por un lado, se dedicaba a la oración, y, por otro, a su misión de predicar con palabras y con obras. Contemplación y acción. Oración y trabajo. Estar con Dios y estar con los hombres.

En efecto, vemos a Jesús entregado en cuerpo y alma a su tarea de Mesías y Salvador: cura a los enfermos, como a la suegra de san Pedro y muchos otros, consuela a los tristes, expulsa demonios, predica. Todos le llevan sus enfermos y endemoniados. Todos quieren escucharlo: «Todos te buscan» (Mc 1,37), le dicen los discípulos. Seguro que debía tener una actividad frecuentemente muy agotadora, que casi no le dejaba ni respirar.

Pero Jesús se procuraba también tiempo de soledad para dedicarse a la oración: «De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración» (Mc 1,35). En otros lugares de los Evangelios vemos a Jesús dedicado a la oración en otras horas e, incluso, muy entrada la noche. Sabía distribuirse el tiempo sabiamente, a fin de que su jornada tuviera un equilibrio razonable de trabajo y oración.

Nosotros decimos frecuentemente: —¡No tengo tiempo! Estamos ocupados con el trabajo del hogar, con el trabajo profesional, y con las innumerables tareas que llenan nuestra agenda. Con frecuencia nos creemos dispensados de la oración diaria. Realizamos un montón de cosas importantes, eso sí, pero corremos el riesgo de olvidar la más necesaria: la oración. Hemos de crear un equilibrio para poder hacer las unas sin desatender las otras.

San Francisco nos lo plantea así: «Hay que trabajar fiel y devotamente, sin apagar el espíritu de la santa oración y devoción, al cual han de servir las otras cosas temporales».

Quizá nos debiéramos organizar un poco más. Disciplinarnos, “domesticando” el tiempo. Lo que es importante ha de caber. Pero más todavía lo que es necesario.


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Pan… con manteca


Buenos días, amigo/a.

La oración humilde y confiada conmueve el corazón de Dios. A nosotros también nos enternecen los niños cuando con encantadora espontaneidad nos piden que les ayudemos a hacer un dibujo, a atarles los cordones de los zapatitos, etc., y no podemos negarnos. Su humilde confianza nos impulsa a prestarles cualquier servicio. Esto sucedió a la niñita Romina.

En un jardín de infantes de un Colegio de Hermanas había una niña, por nombre Romina, muy buena, pero también muy pobre. Un día advirtieron las compañeritas que al rezar el padrenuestro, decía: “Danos hoy nuestro pan de cada día… con manteca”, y se echaron a reír, y fueron a contarlo a la Hermana. Manifestó entonces la niña que, como su madre había quedado viuda con seis hijos, se había visto obligada a suprimir la manteca. Mas la pobre niña no se resignaba a ello; y por eso, al rezar el padrenuestro pedía el pan… con manteca. La religiosa le dijo que podía continuar pidiéndolo al Niño Jesús, pero que no lo hiciera en voz alta, para que no se riesen las demás. Dios oyó la oración de Romina, porque una de las otras niñas contó en su casa lo ocurrido en el colegio y, al saberlo la mamá, procuró enterarse del nombre y dirección de la madre de Romina, y mandó a su empleada doméstica que cada día dejara un paquete de manteca en esa casa. Cuando lo vio, Romina le dijo muy contenta a su madre:

Mamá; ya tenemos aquí la manteca que le he pedido al Niño Dios...

 “Si no vuelven ustedes a ser como niños, no entrarán en el Reino de los cielos”, dijo Jesús. Los niños son puros, inocentes, sencillos, sinceros, humildes, confiados. Pidamos al Señor con insistencia que estas cualidades que caracterizan a los pequeños, vayan configurando nuestro corazón para poder ver ese divino rostro que sólo se revelará a los puros de corazón. P. Natalio.


Santoral del Día: SANTO TOMAS DE CORI



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lunes, 9 de enero de 2023

EVANGELIO DEL DIA MARTES 10 DE ENERO DE 2023

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https://youtu.be/Z3qu8aqN5uk


MARTES 1 DEL TIEMPO ORDINARIO


Texto del Evangelio (Mc 1,21-28): Llegó Jesús a Cafarnaum y el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él». Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él.

Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen». Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.

«Quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas»


+ Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret

(Vic, Barcelona, España)

Hoy, primer martes del tiempo ordinario, san Marcos nos presenta a Jesús enseñando en la sinagoga y, acto seguido, comenta: «Quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas» (Mc 1,21). Esta observación inicial es impresionante. En efecto, la razón de la admiración de los oyentes, por un lado, no es la doctrina, sino el maestro; no aquello que se explica, sino Aquél que lo explica; y, por otro lado, no ya el predicador visto globalmente, sino remarcado específicamente: Jesús enseñaba «con autoridad», es decir, con poder legítimo e irrecusable. Esta particularidad queda ulteriormente confirmada por medio de una nítida contraposición: «No lo hacía como los escribas».

Pero, en un segundo momento, la escena de la curación del hombre poseído por un espíritu maligno incorpora a la motivación admirativa personal el dato doctrinal: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad!» (Mc 1,27). Sin embargo, notemos que el calificativo no es tanto de contenido como de singularidad: la doctrina es «nueva». He aquí otra razón de contraste: Jesús comunica algo inaudito (nunca como aquí este calificativo tiene sentido).

Añadimos una tercera advertencia. La autoridad proviene, además, del hecho que a Jesús «hasta los espíritus inmundos le obedecen». Nos encontramos ante una contraposición tan intensa como las dos anteriores. A la autoridad del maestro y a la novedad de la doctrina hay que sumar la fuerza contra los espíritus del mal.

¡Hermanos! Por la fe sabemos que esta liturgia de la palabra nos hace contemporáneos de lo que acabamos de escuchar y que estamos comentando. Preguntémonos con humilde agradecimiento: ¿Tengo conciencia de que ningún otro hombre ha hablado jamás como Jesús, la Palabra de Dios Padre? ¿Me siento rico de un mensaje que tampoco tiene parangón? ¿Me doy cuenta de la fuerza liberadora que Jesús y su enseñanza tienen en la vida humana y, más concretamente, en mi vida? Movidos por el Espíritu Santo, digamos a nuestro Redentor: Jesús-vida, Jesús-doctrina, Jesús-victoria, haz que, como le complacía decir al gran Ramon Llull, ¡vivamos en la continua “maravilla” de Ti!


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Buenos días, amigo/a

Crecer es dejar atrás algo a lo cual estuvimos apegados y de lo cual nos cuesta despren-dernos; es atrevernos una vez más y estar dispuestos a ser diferentes  de  lo que fuimos ayer; es desarrollarnos y evolucionar desde adentro. Cuando decidimos cambiar una actitud negativa, estamos creciendo. Cuando decidimos corregir un error, estamos evolucionando.

Todos los días la vida nos invita a crecer. Para proyectarse en  el tiempo como algo duradero, este cambio debe ser paulatino y consciente. Observemos a la naturaleza, y más particular-mente a los árboles: en otoño pierden su follaje y se liberan de la carga innecesaria, recogiéndose dentro de sí para recibir el invierno. Por fuera, parecieran no tener vida, pero preparan sus raíces para que en la primavera sus ramas puedan ver surgir los primeros brotes, dando lugar a las hojas y luego los frutos del verano. Si logramos desprender-nos de esas hojas que no necesitamos mientras desarrollamos nuestra esencia, también podremos dar frutos y transformarnos.

Resultado del crecimiento es la madurez. Serás maduro cuando tengas la habilidad de controlar la ira y resolver las discrepancias sin violencia o destrucción. Otro signo de madurez es no prejuzgar, no juzgar, no participar en los rumores falsos que contaminan nuestra alma. Uno más: la voluntad de posponer el placer inmediato en favor de un beneficio a largo plazo. Acepta el desafío de transformar este año iniciado en un año de crecimiento. P. Natalio.


Santoral del Día: 

BEATA ANA DE LOS ANGELES MONTEAGUDO



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domingo, 8 de enero de 2023

EVANGELIO DEL DIA LUNES 9 DE ENERO DE 2023

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https://youtu.be/PWrTGeKy5Z4


LUNES 1 DEL TIEMPO ORDINARIO


Texto del Evangelio (Mc 1,14-20): Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva». Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres». Al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras Él.

«Convertíos y creed en la Buena Nueva»


Rev. D. Joan COSTA i Bou

(Barcelona, España)

Hoy, el Evangelio nos invita a la conversión. «Convertíos y creed en la Buena Nueva» (Mc 1,15). Convertirse, ¿a qué?; mejor sería decir, ¿a quién? ¡A Cristo! Así lo expresó: «El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí» (Mt 10,37).

Convertirse significa acoger agradecidos el don de la fe y hacerlo operativo por la caridad. Convertirse quiere decir reconocer a Cristo como único señor y rey de nuestros corazones, de los que puede disponer. Convertirse implica descubrir a Cristo en todos los acontecimientos de la historia humana, también de la nuestra personal, a sabiendas de que Él es el origen, el centro y el fin de toda la historia, y que por Él todo ha sido redimido y en Él alcanza su plenitud. Convertirse supone vivir de esperanza, porque Él ha vencido el pecado, al maligno y la muerte, y la Eucaristía es la garantía.

Convertirse comporta amar a Nuestro Señor por encima de todo aquí en la tierra, con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas. Convertirse presupone entregarle nuestro entendimiento y nuestra voluntad, de tal manera que nuestro comportamiento haga realidad el lema episcopal del Santo Padre, San Juan Pablo II, Totus tuus, es decir, Todo tuyo, Dios mío; y todo es: tiempo, cualidades, bienes, ilusiones, proyectos, salud, familia, trabajo, descanso, todo. Convertirse requiere, entonces, amar la voluntad de Dios en Cristo por encima de todo y gozar, agradecidos, de todo lo que acontece de parte de Dios, incluso contradicciones, humillaciones, enfermedades, y descubrirlas como tesoros que nos permiten manifestar más plenamente nuestro amor a Dios: ¡si Tú lo quieres así, yo también lo quiero!

Convertirse pide, así, como los apóstoles Simón, Andrés, Santiago y Juan, dejar «inmediatamente las redes» e irse con Él (cf. Mc 1,18), una vez oída su voz. Convertirse es que Cristo lo sea todo en nosotros.


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

idas dormidas

Buenos días, amigo/a

Los vivientes pasan por etapas en que los signos vitales disminuyen notablemente. Por ejemplo, muchos invertebrados y algunos vertebrados, durante el invierno, entran en un estado de hibernación en que su metabolismo desciende; esto les ayuda a soportar el frío y la escasez de alimentos. Algo parecido les pasa a los vegetales en la estación fría.

Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña, así que buscó un árbol muerto y lo cortó. Pero luego, en la primavera, vio desolado que al tronco marchito de ese árbol le brotaron renuevos. Mi padre dijo: "Estaba yo seguro de que ese árbol estaba muerto. Había perdido todas las hojas en el invierno. Hacía tanto frío, que las ramas se quebraban y caían como si no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida. Pero ahora advierto que aún alentaba la vida en aquel tronco". Y volviéndose hacia mí, me aconsejó: "Nunca olvides esta importante lección. Jamás cortes un árbol en invierno”.

Piensa que también, en otro nivel, a nuestro alrededor hay personas que entran a veces en crisis especiales, en que llegan a perder signos de normalidad y vitalidad. No es justo tomar decisiones de las que podríamos arrepentirnos. Esperemos y ayudemos a que les vuelva la vida plena y exuberante en una próxima primavera del corazón. Entretanto ora y anima. P. Natalio.


Santoral del Día: SANTOS JULIAN Y BASILISA



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sábado, 7 de enero de 2023

EVANGELIO DEL DIA DOMINGO 8 DE ENERO DE 2023

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https://youtu.be/EDkwYyut1R0


EL BAUTISMO DEL SEÑOR


Texto del Evangelio (Mt 3,13-17): En aquel tiempo, Jesús vino de Galilea al Jordán donde estaba Juan, para ser bautizado por él. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: «Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?». Jesús le respondió: «Déjame ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia». Entonces le dejó. Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre Él. Y una voz que salía de los cielos decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco».

«Jesús vino de Galilea al Jordán donde estaba Juan, para ser bautizado»


Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy contemplamos al Mesías —el Ungido— en el Jordán «para ser bautizado» (Mt 3,13) por Juan. Y vemos a Jesucristo como señalado por la presencia en forma visible del Espíritu Santo y, en forma audible, del Padre, el cual declara de Jesús: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco» (Mt 3,17). He aquí un motivo maravilloso y, a la vez, motivador para vivir una vida: ser sujeto y objeto de la complacencia del Padre celestial. ¡Complacer al Padre!

De alguna manera ya lo pedimos en la oración colecta de la misa de hoy: «Dios todopoderoso y eterno (...), concede a tus hijos adoptivos, nacidos del agua y del Espíritu Santo, llevar siempre una vida que te sea grata». Dios, que es Padre infinitamente bueno, siempre nos “quiere bien”. Pero, ¿ya se lo permitimos?; ¿somos dignos de esta benevolencia divina?; ¿correspondemos a esta benevolencia?

Para ser dignos de la benevolencia y complacencia divina, Cristo ha otorgado a las aguas fuerza regeneradora y purificadora, de tal manera que cuando somos bautizados empezamos a ser verdaderamente hijos de Dios. «Quizá habrá alguien que pregunte: ‘¿Por qué quiso bautizarse, si era santo?’. ¡Escúchame! Cristo se bautiza no para que las aguas lo santifiquen, sino para santificarlas Él» (San Máximo de Turín).

Todo esto —inmerecidamente— nos sitúa como en un plano de connaturalidad con la divinidad. Pero no nos basta a nosotros con esta primera regeneración: necesitamos revivir de alguna manera el Bautismo por medio de una especie de continuo “segundo bautismo”, que es la conversión. Paralelamente al primer Misterio de la Luz del Rosario —el Bautismo del Señor en el Jordán— nos conviene contemplar el ejemplo de María en el cuarto de los Misterios de Gozo: la Purificación. Ella, Inmaculada, virgen pura, no tiene inconveniente en someterse al proceso de purificación. Nosotros le imploramos la sencillez, la sinceridad y la humildad que nos permitirán vivir de manera constante nuestra purificación a modo de “segundo bautismo”.


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Hermano de todos

Buenos días, amigo/a

Desde que Jesús nos enseñó a rezar el padrenuestro, sabemos que todos somos hijos de un mismo Padre: él quiere que nos amemos como hermanos. Te ofrezco una oración para sentirte hermano de todos, “alegrándote con los que están alegres y compartiendo el dolor de los tristes”. Es del P. Víctor M. Fernández en su libro: “Un estímulo cada día del año”.

Señor, me llamaste a ser hermano de todos. Penetra mis entrañas con tu amor, Dios de ternura, para que sienta que los demás son mi propia carne, para que me duela su dolor y me alegre con sus alegrías. Ilumina mi mirada, Jesús, para que pueda reconocerte presente en cada uno de ellos, y les ayude a llevar sus cargas como si te ayudara a ti crucificado. Regálame un oído atento, para que pueda escuchar a los demás, con amabilidad y cortesía, dándole suma importancia a sus palabras. Y coloca en mi boca la palabra justa, para decirles lo que ellos necesitan escuchar, lo que tú sabes que les hace falta. Amén.

Vivir la caridad cristiana no es fácil. En verdad está por encima de nuestra capacidad humana. Por eso es indispensable suplicar con humildad y constancia al Señor el don de la fraternidad para poder elevarnos sobre nuestros egoísmos, retraimientos, susceptibilidades… Pero cuando el amor de Dios nos invade podemos “disculpar, soportar y esperar sin límites”.  Que el Señor te bendiga y proteja. P. Natalio.


Santoral del Día: SAN SEVERINO



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