domingo, 30 de abril de 2023

EVANGELIO DEL DIA LUNES 1 DE MAYO DE 2023

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https://youtu.be/Tmxpkvc06go


LUNES 4 DE PASCUA


Texto del Evangelio (Jn 10,11-18): En aquel tiempo, Jesús habló así: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.

También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre».

«Yo soy el buen pastor»


Rev. D. Josep VALL i Mundó

(Barcelona, España)

Hoy, nos dice Jesús: «Yo soy el buen pastor» (Jn 10,11). Comentando santo Tomás de Aquino esta afirmación, escribe que «es evidente que el título de “pastor” conviene a Cristo, ya que de la misma manera que un pastor conduce el rebaño al pasto, así también Cristo restaura a los fieles con un alimento espiritual: su propio cuerpo y su propia sangre». Todo comenzó con la Encarnación, y Jesús lo cumplió a lo largo de su vida, llevándolo a término con su muerte redentora y su resurrección. Después de resucitado, confió este pastoreo a Pedro, a los Apóstoles y a la Iglesia hasta el fin del tiempo.

A través de los pastores, Cristo da su Palabra, reparte su gracia en los sacramentos y conduce al rebaño hacia el Reino: Él mismo se entrega como alimento en el sacramento de la Eucaristía, imparte la Palabra de Dios y su Magisterio, y guía con solicitud a su Pueblo. Jesús ha procurado para su Iglesia pastores según su corazón, es decir, hombres que, impersonándolo por el sacramento del Orden, donen su vida por sus ovejas, con caridad pastoral, con humilde espíritu de servicio, con clemencia, paciencia y fortaleza. San Agustín hablaba frecuentemente de esta exigente responsabilidad del pastor: «Este honor de pastor me tiene preocupado (...), pero allá donde me aterra el hecho de que soy para vosotros, me consuela el hecho de que estoy entre vosotros (...). Soy obispo para vosotros, soy cristiano con vosotros».

Y cada uno de nosotros, cristianos, trabajamos apoyando a los pastores, rezamos por ellos, les amamos y les obedecemos. También somos pastores para los hermanos, enriqueciéndolos con la gracia y la doctrina que hemos recibido, compartiendo preocupaciones y alegrías, ayudando a todo el mundo con todo el corazón. Nos desvivimos por todos aquellos que nos rodean en el mundo familiar, social y profesional hasta dar la vida por todos con el mismo espíritu de Cristo, que vino al mundo «no a ser servido, sino a servir» (Mt 20,28).


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Consulta al abogado

Buenos días, amigo/a


Es un hecho real que se puede ganar una o muchas batallas, pero

terminar perdiendo la guerra. Es lo que dice con claridad el refrán

castellano: “El que ríe último, ríe mejor”. Es una animación para

perseverar en el esfuerzo y la vigilancia. Un universitario no puede

contentarse con aprobar una o varias asignaturas, sino todas para

obtener su título de arquitecto, médico o ingeniero.


Un carnicero acude al despacho de su vecino abogado y le formula una consulta, —¿Se puede denunciar al dueño de un perro que ha entrado en la carnicería y se ha llevado un filete?

—Claro, responde el abogado. — Y ¿a cuánto ascendería la multa que le podría caer al dueño del perro? El abogado responde:  —A trescientos euros. —Pues es usted dueño del perro, -responde el carnicero, —tengo varios testigos que pueden certificarlo. Ya me está pagando esa cantidad si no quiere que formule la denuncia. El abogado, sin inmutarse, le entrega los billetes. Al día siguiente, el carnicero recibe una nota que indica lo siguiente:

"Por consulta al abogado, factura 600 €".

En las pruebas y luchas de la vida, piensa en el Paraíso donde todo

será renovado y transformado: la fe se convertirá en visión, la esperanza en posesión, la tristeza en alegría, la fatiga en descanso y la lucha en corona triunfal y victoria definitiva. Ahí, en verdad, “El

que ríe último, reirá mejor”. Te lo deseo de corazón. P. Natalio.


Santoral del Día: SAN JOSE OBRERO



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sábado, 29 de abril de 2023

EVANGELIO DEL DIA DOMINGO 30 DE ABRIL DE 2023

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https://youtu.be/_3BObJEDnAk


DOMINGO 4 DE PASCUA


Texto del Evangelio (Jn 10,1-10): En aquel tiempo, dijo Jesús: «En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».

Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba. Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia».

«Yo soy la puerta de las ovejas»


P. Pere SUÑER i Puig SJ

(Barcelona, España)

Hoy, en el Evangelio, Jesús usa dos imágenes referidas a sí mismo: Él es el pastor. Y Él es la puerta. Jesús es el buen pastor que conoce a las ovejas. «Las llama una por una» (Jn 10,3). Para Jesús, cada uno de nosotros no es un número; tiene con cada uno un contacto personal. El Evangelio no es solamente una doctrina: es la adhesión personal de Jesús con nosotros.

Y no sólo nos conoce personalmente, también nos ama personalmente. “Conocer”, en el Evangelio de san Juan, no significa simplemente un acto del entendimiento, sino un acto de adhesión a la persona conocida. Jesús, pues, nos lleva a cada uno en su Corazón. Nosotros también lo hemos de conocer así. Conocer a Jesús no implica solamente un acto de fe, sino también de caridad, de amor. Comentando este texto, San Gregorio Magno nos dice: «Mirad si sois, en verdad, sus ovejas, si le conocéis. Si le conocéis, digo, no sólo por la fe, sino también por el amor». Y el amor se demuestra con las obras.

Jesús es también la puerta. La única puerta. «Si uno entra por mí, estará a salvo» (Jn 10,9). Y poco más adelante recalca: «Nadie va al Padre sino por mí» (Jn 14,6). Hoy, un ecumenismo mal entendido hace que algunos se piensen que Jesús es uno de tantos salvadores: Jesús, Buda, Confucio…, Mahoma, ¡qué más da! ¡No! Quien se salve se salvará por Jesucristo, aunque en esta vida no lo sepa. Quien lucha por hacer el bien, lo sepa o no, va por Jesús. Nosotros, por el don de la fe, sí que lo sabemos. Agradezcámoslo. Esforcémonos por atravesar esta puerta, que, si bien es estrecha, Él nos la abre de par en par. Y demos testimonio de que toda nuestra esperanza está puesta en Él.


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Pisa fuerte y deja huellas


Buenos días, amigo/a.


El egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los

demás. Encuentra su madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por ti mismo y tu propio entorno, si vives para acumular dinero y

comodidades, no te quedará tiempo para los demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de sentido para ti, porque la vida sin amor no vale nada.


Pisa fuerte el que sabe lo que quiere, lo que busca, lo que espera.

Pisa fuerte el que encontró un sentido a su vida, una razón de vivir,

un por qué a cada una de las cosas y de los hechos de la vida. Pisa

fuerte y muy fuerte, el que en los momentos de dolor o de angustia no se deja aplastar, ni desorientar, sino que en esos precisos momentos levanta más alto su cabeza, clava su mirada en el Corazón del Padre celestial y apretando los dientes, las manos tensas y los ojos nublados por las lágrimas, o el corazón lleno de pena, no disminuye su marcha a la meta, ni la desvía; sino con paso firme y resuelto se va acercando a Dios. Y porque pisa fuerte en la vida, va dejando huellas luminosas que servirán de ruta para muchos otros.

“Triste suerte la del hombre que sólo trabaja para vivir, pero no sabe

para qué vive. Triste suerte la de quien ha hecho del "tener y retener" el objetivo de su vida. Dichoso, más bien, el que, mientras gana su pan o acrecienta su fortuna, sabe hacer del trabajo una ocasión de servicio al prójimo, cooperando con el proyecto de Dios Creador, para hermosear al mundo”. P. Natalio.


Santoral del Día: SAN PIO V



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viernes, 28 de abril de 2023

EVANELIO DEL DIA SÁBADO 29 DE ABRIL DE 2023

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https://youtu.be/WZYEPItveFs


SABADO 3 DE PASCUA


Texto del Evangelio (Jn 6,60-69): En aquel tiempo, muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?». Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?. El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. Pero hay entre vosotros algunos que no creen». Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre».

Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con Él. Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».

«Tú tienes palabras de vida eterna»


Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells

(Salt, Girona, España)

Hoy acabamos de leer en el Evangelio el discurso de Jesús sobre el Pan de Vida, que es Él mismo que se dará a nosotros como alimento para nuestras almas y para nuestra vida cristiana. Y, como suele pasar, hemos contemplado dos reacciones bien distintas, si no opuestas, por parte de quienes le escuchan.

Para algunos, su lenguaje es demasiado duro, incomprensible para su mentalidad cerrada a la Palabra salvadora del Señor, y san Juan dice —con una cierta tristeza— que «desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con Él» (Jn 6,66). Y el mismo evangelista nos da una pista para entender la actitud de estas personas: no creían, no estaban dispuestas a aceptar las enseñanzas de Jesús, frecuentemente incomprensibles para ellos.

Por otro lado, vemos la reacción de los Apóstoles, representada por san Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos» (Jn 6,68-69). No es que los doce sean más listos que los otros, ni tampoco más buenos, ni quizá más expertos en la Biblia; lo que sí son es más sencillos, más confiados, más abiertos al Espíritu, más dóciles. Les sorprendemos de cuando en cuando en las páginas de los evangelios equivocándose, no entendiendo a Jesús, discutiéndose sobre cuál de ellos es el más importante, incluso corrigiendo al Maestro cuando les anuncia su pasión; pero siempre los encontramos a su lado, fieles. Su secreto: le amaban de verdad.

San Agustín lo expresa así: «No dejan huella en el alma las buenas costumbres, sino los buenos amores (...). Esto es en verdad el amor: obedecer y creer a quien se ama». A la luz de este Evangelio nos podemos preguntar: ¿dónde tengo puesto mi amor?, ¿qué fe y qué obediencia tengo en el Señor y en lo que la Iglesia enseña?, ¿qué docilidad, sencillez y confianza vivo con las cosas de Dios?


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Un regalo especial


Buenos días, amigo/a.

Un niño es el regalo de Dios para tus días tristes. Es el movimiento y

el torbellino de la vida que se agita, que salta, que corre, que

sueña, sonríe y se duerme. Un niño es siempre una esperanza, un

por qué vivimos y trabajamos sin dar lugar a la fatiga. ¿Podríamos

vivir sin su bullicio, sin sus sonrisas, sin la abismante profundidad

de sus preguntas?

Hace un tiempo, una mamá castigó a su hijita de tres años por

desperdiciar un rollo de papel de regalo dorado. Entonces el dinero

era escaso, por lo que se enfureció al ver que la niña trataba de

envolver una caja para el árbol de Navidad. Sin embargo, por la mañana la niña le llevó el regalo a su mamá, y le dijo: "Esto es para ti, mamita". Ella se sintió apenada por su reacción de ira, pero luego

volvió a explotar al ver la caja totalmente vacía. Le gritó: "¿No

sabes que, al dar un regalo, se debe poner algo adentro?". La pequeñita la miró hacia arriba con lágrimas en los ojos y dijo: "Oh mamita, no estaba vacía, yo soplé besos adentro de la caja, todos para ti, mamita querida". La mamá se sintió morir. Abrazó a su niñita y le suplicó que la perdonara.


En una forma muy real, aunque invisible, cada uno de nosotros los

humanos, hemos recibido una caja dorada, lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos, amigos, familia y del mismo Dios. Nadie podría tener en propiedad un cofre más precioso. Cuando te sientas mal abre esa caja llena de cariño y sana las heridas de tu corazón. P. Natalio.


Santoral del Día:  SANTA CATALINA DE SIENA



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EVANGELIO DEL DIA VIERNES 28 DE ABRIL DE 2023

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https://youtu.be/H3l0MNgNP58


VIERNES 3 DE PASCUA


Texto del Evangelio (Jn 6,52-59): En aquel tiempo, los judíos se pusieron a discutir entre sí y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo enseñando en la sinagoga, en Cafarnaúm.

«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros»


Rev. D. Àngel CALDAS i Bosch

(Salt, Girona, España)

Hoy, Jesús hace tres afirmaciones capitales, como son: que se ha de comer la carne del Hijo del hombre y beber su sangre; que si no se comulga no se puede tener vida; y que esta vida es la vida eterna y es la condición para la resurrección (cf. Jn 6,53.58). No hay nada en el Evangelio tan claro, tan rotundo y tan definitivo como estas afirmaciones de Jesús.

No siempre los católicos estamos a la altura de lo que merece la Eucaristía: a veces se pretende “vivir” sin las condiciones de vida señaladas por Jesús y, sin embargo, como ha escrito San Juan Pablo II, «la Eucaristía es un don demasiado grande para admitir ambigüedades y reducciones».

“Comer para vivir”: comer la carne del Hijo del hombre para vivir como el Hijo del hombre. Este comer se llama “comunión”. Es un “comer”, y decimos “comer” para que quede clara la necesidad de la asimilación, de la identificación con Jesús. Se comulga para mantener la unión: para pensar como Él, para hablar como Él, para amar como Él. A los cristianos nos hacía falta la encíclica eucarística de Juan Pablo II, La Iglesia vive de la Eucaristía. Es una encíclica apasionada: es “fuego” porque la Eucaristía es ardiente.

«Vivamente he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer» (Lc 22,15), decía Jesús al atardecer del Jueves Santo. Hemos de recuperar el fervor eucarístico. Ninguna otra religión tiene una iniciativa semejante. Es Dios que baja hasta el corazón del hombre para establecer ahí una relación misteriosa de amor. Y desde ahí se construye la Iglesia y se toma parte en el dinamismo apostólico y eclesial de la Eucaristía.

Estamos tocando la entraña misma del misterio, como Tomás, que palpaba las heridas de Cristo resucitado. Los cristianos tendremos que revisar nuestra fidelidad al hecho eucarístico, tal como Cristo lo ha revelado y la Iglesia nos lo propone. Y tenemos que volver a vivir la “ternura” hacia la Eucaristía: genuflexiones pausadas y bien hechas, incremento del número de comuniones espirituales... Y, a partir de la Eucaristía, los hombres nos aparecerán sagrados, tal como son. Y les serviremos con una renovada ternura.


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Oración del amigo

Buenos días, amigo/a.

Un amigo es alguien que se interesa por todo lo que haces y piensas;

alguien a quien acudes en los buenos y en los malos tiempos; que

comprende todo lo que haces; que te dice la verdad sobre ti mismo, que sabe lo que te ocurre en todo momento, que se niega a escuchar

habladurías sobre ti. Un amigo es una parte de ti mismo sin la cual no te sientes completo.


Jesús, tú que lloraste por un amigo y le diste vida nueva, ayúdanos a

valorar a nuestros amigos, aceptar sus vidas, respetar sus ideales,

perdonar sus errores, compartir con ellos el dolor y la alegría., a

ofrecerles lo mejor de nosotros.  Gracias porque tú estás en ellos y

nos acompañas en el vivir de cada día. Bendícelos con el don de la

verdadera paz, cuídalos para que siempre irradien la luz de tu amor.

Amén.


Los amigos son escasos. Los puedes contar con los dedos de la mano y siempre te sobrarán dedos. Por eso tal vez no tengas muchos, pero los que tienes siempre serán suficientes para llenar tu alma. Un amigo es como la perla evangélica que, cuando la encuentras, vas y vendes todo, con tal de poseerla. Con un buen amigo no hay camino largo…P. Natalio.


Santoral del Día: 

SAN LUIS MARIA GRIGNION DE MONFORT



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miércoles, 26 de abril de 2023

EVANGELIO DEL DIA JUEVES 27 DE ABRIL DE 2023

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https://youtu.be/FKEqviXEnaE


JUEVES 3 DE PASCUA


Texto del Evangelio (Jn 6,44-51): En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».

«Yo soy el pan vivo, bajado del cielo»


Rev. D. Pere MONTAGUT i Piquet

(Barcelona, España)

Hoy cantamos al Señor de quien nos viene la gloria y el triunfo. El Resucitado se presenta a su Iglesia con aquel «Yo soy el que soy» que lo identifica como fuente de salvación: «Yo soy el pan de la vida» (Jn 6,48). En acción de gracias, la comunidad reunida en torno al Viviente lo conoce amorosamente y acepta la instrucción de Dios, reconocida ahora como la enseñanza del Padre. Cristo, inmortal y glorioso, vuelve a recordarnos que el Padre es el auténtico protagonista de todo. Los que le escuchan y creen viven en comunión con el que viene de Dios, con el único que le ha visto y, así, la fe es comienzo de la vida eterna.

El pan vivo es Jesús. No es un alimento que asimilemos en nosotros, sino que nos asimila a nosotros. Él nos hace tener hambre de Dios, sed de escuchar su Palabra que es gozo y alegría del corazón. La Eucaristía es anticipación de la gloria celestial: «Partimos un mismo pan, que es remedio de inmortalidad, antídoto para no morir, para vivir por siempre en Jesucristo» (San Ignacio de Antioquía). La comunión con la carne del Cristo resucitado nos ha de acostumbrar a todo aquello que baja del cielo, es decir, a pedir, a recibir y asumir nuestra verdadera condición: estamos hechos para Dios y sólo Él sacia plenamente nuestro espíritu.

Pero este pan vivo no sólo nos hará vivir un día más allá de la muerte física, sino que nos es dado ahora «por la vida del mundo» (Jn 6,51). El designio del Padre, que no nos ha creado para morir, está ligado a la fe y al amor. Quiere una respuesta actual, libre y personal, a su iniciativa. Cada vez que comamos de este pan, ¡adentrémonos en el Amor mismo! Ya no vivimos para nosotros mismos, ya no vivimos en el error. El mundo todavía es precioso porque hay quien continúa amándolo hasta el extremo, porque hay un Sacrificio del cual se benefician hasta los que lo ignoran.


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Sonríe siempre

Buenos días, amigo/a.

La risa es salud. El buen humor es salud. ¿Estás seguro de pensar lo

suficiente en este aspecto de tu bienestar? Si a causa de las

preocupaciones envejece el corazón, también tu rostro aparecerá pronto lleno de arrugas. La risa libera. El humor relajo. La risa es capaz de liberarte de los falsos problemas.


Si nos acostumbrásemos a sonreír con más frecuencia, la humanidad se sentiría mejor y más feliz. Porque la sonrisa es una característica

propia del hombre; solamente el hombre es capaz de sonreír. Por eso

alguien afirmó que cuanto más el hombre sonría, será más humano.

Sonríe siempre y sonríe a todos; porque todos esperan tu sonrisa y

todos necesitan de ella. También tú necesitas tu propia sonrisa, para

sentirte mejor, más optimista, más tierno de corazón. Sonríe al niño

travieso y molesto, sonríe al anciano solitario y pesado, sonríe al

amigo importuno, sonríe al vecino cargoso, sonríe a todos, para

hacerlos a todos mejores y ser así mejores nosotros.

La sonrisa es el más saludable masaje de belleza para el rostro; el

ropaje más lindo del alma; el mejor antídoto contra las preocupaciones; la canción de los Ángeles; la seriedad  arrepentida; la  oración de los sabios; la contraseña entre los amigos; la puerta de la cooperación entre conocidos y desconocidos.  Anímate, pues, y sonríe. P. Natalio.


Santoral del Día: SANTA ZITA



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EVANGELIO DEL DIA MIERCOLES 26 DE ABRIL DE 2023

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https://youtu.be/basPExA8ETU


MIERCOLES 3 DE PASCUA


Texto del Evangelio (Jn 6,35-40): En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. Pero ya os lo he dicho: Me habéis visto y no creéis. Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día».

«El que venga a mí, no tendrá hambre»


Fr. Gavan JENNINGS

(Dublín, Irlanda)

Hoy vemos cuánto le preocupan a Dios nuestro hambre y nuestra sed. ¿Cómo podríamos continuar pensando que Dios es indiferente ante nuestros sufrimientos? Más aún, demasiado frecuentemente "rehusamos creer" en el amor tierno que Dios tiene por cada uno de nosotros. Escondiéndose a Sí mismo en la Eucaristía, Dios muestra la increíble distancia que Él está dispuesto a recorrer para saciar nuestra sed y nuestro hambre.

Pero, ¿de qué "sed" y qué "hambre" se trata? En definitiva, son el hambre y la sed de la "vida eterna". El hambre y la sed físicas son sólo un pálido reflejo de un profundo deseo que cada hombre tiene ante la vida divina que solamente Cristo puede alcanzarnos. «Ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna» (Jn 6,39). ¿Y qué debemos hacer para obtener esta vida eterna tan deseada? ¿Algún hecho heroico o sobre-humano? ¡No!, es algo mucho más simple. Por eso, Jesús dice: «Al que venga a mí no lo echaré fuera» (Jn 6,37). Nosotros sólo tenemos que acudir a Él, ir a Él.

Estas palabras de Cristo nos estimulan a acercarnos a Él cada día en la Misa. ¡Es la cosa más sencilla en el mundo!: simplemente, asistir a la Misa; rezar y entonces recibir su Cuerpo. Cuando lo hacemos, no solamente poseemos esta nueva vida, sino que además la irradiamos sobre otros. El Papa Francisco, el entonces Cardenal Bergoglio, en una homilía del Corpus Christi, dijo: «Así como es lindo después de comulgar, pensar nuestra vida como una Misa prolongada en la que llevamos el fruto de la presencia del Señor al mundo de la familia, del barrio, del estudio y del trabajo, así también nos hace bien pensar nuestra vida cotidiana como preparación para la Eucaristía, en la que el Señor toma todo lo nuestro y lo ofrece al Padre».


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

¡Todo depende de ti!


Buenos días, amigo/a.

En tu vida, como en la de cualquier persona, hay días decisivos en los que ves abrirse ante ti un horizonte nuevo donde vislumbras más paz y felicidad. Es el momento de discernir con sabiduría y hacer una buena opción. Pide iluminación al Señor para no dejar pasar en vano su gracia, si es él quien golpea la puerta de tu corazón. Te ofrezco unas reflexiones movilizadoras.


Si yo cambiara mi manera de actuar ante los demás..., tendría más

amigos. Si yo aceptara a todos corno son…, sufriría menos. Si yo

comprendiera que todos cometemos errores..., sería más humilde. Si yo procurará siempre el bienestar de los otros..., sería más feliz. Si yo

tuviera más en cuenta mis defectos..., sería más comprensivo. Si yo

confiara más en Dios y fuera menos autosuficiente..., aprendería a

vivir. Tú no puedes cambiar el mundo..., ¡pero sí puedes cambiarte a

ti mismo!

El buen marino de un barco de velas, está siempre atento y obra con

habilidad cuando percibe que se levanta una brisa, aunque muy suave.

Tú también permanece alerta y cuando surja en tu interior un impulso a la buena acción, por pequeño que sea, despliega al punto tus velas y obra decididamente. Como decía san Agustín: “La gracia pasa y no vuelve”. P. Natalio.


Santoral del Día: SAN RAFAEL ARNAIZ BARON



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lunes, 24 de abril de 2023

EVANGELIO DEL DIA MARTES 25 DE ABRIL DE 2023

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https://youtu.be/WKoM3bgDulA


25 DE ABRIL: SAN MARCOS, EVANGELISTA


Texto del Evangelio (Mc 16,15-20): En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien».

Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.

«Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación»


Mons. Agustí CORTÉS i Soriano Obispo de Sant Feliu de Llobregat

(Barcelona, España)

Hoy habría mucho que hablar sobre la cuestión de por qué no resuena con fuerza y convicción la palabra del Evangelio, por qué guardamos los cristianos un silencio sospechoso acerca de lo que creemos, a pesar de la llamada a la “nueva evangelización”. Cada uno hará su propio análisis y apuntará su particular interpretación.

Pero en la fiesta de san Marcos, escuchando el Evangelio y mirando al evangelizador, no podemos sino proclamar con seguridad y agradecimiento dónde está la fuente y en qué consiste la fuerza de nuestra palabra.

El evangelizador no habla porque así se lo recomienda un estudio sociológico del momento, ni porque se lo dicte la “prudencia” política, ni porque “le nace decir lo que piensa”. Sin más, se le ha impuesto una presencia y un mandato, desde fuera, sin coacción, pero con la autoridad de quien es digno de todo crédito: «Ve al mundo entero y proclama el Evangelio a toda la creación» (cf. Mc 16,15). Es decir, que evangelizamos por obediencia, bien que gozosa y confiadamente.

Nuestra palabra, por otra parte, no se presenta como una más en el mercado de las ideas o de las opiniones, sino que tiene todo el peso de los mensajes fuertes y definitivos. De su aceptación o rechazo dependen la vida o la muerte; y su verdad, su capacidad de convicción, viene por la vía testimonial, es decir, aparece acreditada por signos de poder en favor de los necesitados. Por eso es, propiamente, una “proclamación”, una declaración pública, feliz, entusiasmada, de un hecho decisivo y salvador.

¿Por qué, pues, nuestro silencio? ¿Miedo, timidez? Decía san Justino que «aquellos ignorantes e incapaces de elocuencia, persuadieron por la virtud a todo el género humano». El signo o milagro de la virtud es nuestra elocuencia. Dejemos al menos que el Señor en medio de nosotros y con nosotros realice su obra: estaba «colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban» (Mc 16,20).


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

El gorrión y el águila


Buenos días, amigo/a.


“La política es el uso del poder legítimo para lograr el bien común de

la sociedad, a saber, aquellas condiciones de la vida social con las

que todos, familias y asociaciones puedan alcanzar su perfección

propia. Por tanto, debe realizarse con espíritu de servicio. El

cristiano que actúa en política ha de trabajar con desinterés,

buscando el bien de todos”.


El gorrión, con imprudencia juvenil, criticaba en voz alta, ante

muchos pájaros, el gobierno del águila. Decía que los impuestos eran

excesivos; que las elecciones, falseadas, subían al congreso puros

politiqueros ignorantes; que el mérito no era recompensado. Y ya iba a criticar otras cosas, cuando el águila que, sin ser notada se había

aproximado al grupo, le preguntó de qué gobierno estaba haciendo la

historia. El gorrión no se inmutó: --Del gobierno del abuelo de su

Majestad –contestó, saludando al águila cortésmente. Y el monarca

quedó satisfecho, recapacitando que, efectivamente, todo aquello,

desde entonces, había mejorado. (Daireaux).


“Para renovar los partidos políticos no basta un cambio de dirigentes.

Urge crear una nueva mentalidad política, mediante el diálogo entre

los diversos sectores de la ciudadanía para acordar grandes políticas

en vista del bien común, acabando con la partidocracia (egoísmo

partidario), y dando lugar a una sana ciudadanía y a la equidad

social”.  Piénsalo. P. Natalio.


Santoral del Día:  SAN MARCOS, EVANGELISTA



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domingo, 23 de abril de 2023

EVANGELIO DEL DIA LUNES 24 DE ABRIL DE 2023

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https://youtu.be/IEY450boBYc


LUNES 3 DE PASCUA


Texto del Evangelio (Jn 6,22-29): Después que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos le vieron caminando sobre el agua. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar, vio que allí no había más que una barca y que Jesús no había montado en la barca con sus discípulos, sino que los discípulos se habían marchado solos. Pero llegaron barcas de Tiberíades cerca del lugar donde habían comido pan. Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús.

Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello». Ellos le dijeron: «¿Qué hemos de hacer para realizar las obras de Dios?». Jesús les respondió: «La obra de Dios es que creáis en quien Él ha enviado».

«Obrad (…) por el alimento que permanece para la vida eterna»


Abbé Jacques FORTIN

(Alma (Quebec), Canadá)

Hoy, después de la multiplicación de los panes, la multitud se pone en busca de Jesús, y en su búsqueda llegan hasta Cafarnaúm. Ayer como hoy, los seres humanos han buscado lo divino. ¿No es una manifestación de esta sed de lo divino la multiplicación de las sectas religiosas, el esoterismo?

Pero algunas personas quisieran someter lo divino a sus propias necesidades humanas. De hecho, la historia nos revela que algunas veces se ha intentado usar lo divino para fines políticos u otros. Hoy, en el Evangelio proclamado, la multitud se ha desplazado hacia Jesús. ¿Por qué? Es la pregunta que hace Jesús afirmando: «Vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado» (Jn 6,26). Jesús no se engaña. Sabe que no han sido capaces de leer las señales del pan multiplicado. Les anuncia que lo que sacia al hombre es un alimento espiritual que nos permite vivir eternamente (cf. Jn 6,27). Dios es el que da ese alimento, lo da a través de su Hijo. Todo lo que hace crecer la fe en Él es un alimento al que tenemos que dedicar todas nuestras energías.

Entonces comprendemos por qué el Papa nos anima a esforzarnos para re-evangelizar nuestro mundo que frecuentemente no acude a Dios por los buenos motivos. En la constitución "Gaudium et Spes" ("La Iglesia en el mundo actual") los Padres del Concilio Vaticano II nos recuerdan: «Bien sabe la Iglesia que sólo Dios, al que ella sirve, responde a las aspiraciones más profundas del corazón humano, el cual nunca se sacia plenamente con solo los alimentos terrenos». Y nosotros, ¿por qué continuamos siguiendo a Jesús? ¿Qué es lo que nos proporciona la Iglesia? ¡Recordemos lo que dice el Concilio Vaticano II! ¿Estamos convencidos del bienestar que proporciona este alimento que podemos dar al mundo?


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Buenos días, amigo/a.


A las personas que se quejaban de tener muchas distracciones en la

oración, san Juan María Vianney les respondía: “He visto muchas veces caer moscas en el agua fría o tibia, pero nunca cuando está

hirviendo”. Con esto quería expresar que, cuando un corazón está

encendido en fervoroso amor de Dios, le es imposible distraerse. ¿Qué es el fervor o devoción?

Devoción, fervor o piedad es un don del Espíritu Santo que nos ayuda a amar a Dios como hijos. Algunos de sus efectos son: nos hace sentir fuertes para superar las dificultades, llena el alma de generosidad y audacia, pone claridad en la mente, acrecienta el entusiasmo por Dios, apaga los apasionamientos mundanos, en fin, da a la persona prontitud, decisión y alegría para avanzar por el camino de Dios. Es lo que pide el salmista: “Ensáncheme, Señor, el corazón, y correré por el camino de tus mandatos”.

A veces Dios prueba al alma dejándola caer en la aridez y oscuridad en la oración. Estos tiempos de desolación espiritual Dios los permite

para purificarnos y hacer más consistente nuestro amor por él. En

efecto, no es raro que el egoísmo humano nos lleve a buscar más los

consuelos de Dios que al Dios de los consuelos. Es tiempo de

constancia. P. Natalio.


Santoral del Día: SAN FIDEL DE SIGMARINGA



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sábado, 22 de abril de 2023

EVANGELIO DEL DIA DOMINGO 23 DE ABRIL DE 2023

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https://youtu.be/MwMnQ280CLQ


DOMINGO 3 DE PASCUA


Texto del Evangelio (Lc 24,13-35): Aquel mismo día, el domingo, iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran.

Él les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?». Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de ellos llamado, Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?». Él les dijo: «¿Qué cosas?». Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería Él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que Él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a Él no le vieron».

Él les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?». Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre Él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde iban, Él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado».

Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero Él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?». Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!». Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.

«Aquel mismo día, el domingo»


Rev. D. Jaume GONZÁLEZ i Padrós

(Barcelona, España)

Hoy comenzamos la proclamación del Evangelio con la expresión: «Aquel mismo día, el domingo» (Lc 24,13). Sí, todavía domingo. Pascua —se ha dicho— es como un gran domingo de cincuenta días. ¡Oh, si supiésemos la importancia que tiene este día en la vida de los cristianos! «Hay motivos para decir, como sugiere la homilía de un autor del siglo IV (el Pseudo Eusebio de Alejandría), que el ‘día del Señor’ es el ‘señor de los días’ (…). Ésta es, efectivamente, para los cristianos la “fiesta primordial”» (San Juan Pablo II). El domingo es, para nosotros, seno materno, cuna, celebración, hogar y también aliento misionero. ¡Oh, si entreviéramos la luz y la poesía que lleva! Entonces afirmaríamos como aquellos mártires de los primeros siglos: «No podemos vivir sin el domingo».

Pero, cuando el día del Señor pierde relieve en nuestra existencia, también se eclipsa el “Señor del día”, y nos volvemos tan pragmáticos y “serios” que sólo damos crédito a nuestros proyectos y previsiones, planes y estrategias; entonces, incluso la misma libertad con la que Dios actúa, nos es motivo de escándalo y de alejamiento. Ignorando el estupor nos cerramos a la manifestación más luminosa de la gloria de Dios, y todo se convierte en un atardecer de decepción, preludio de una noche interminable, donde la vida parece condenada a un perenne insomnio.

Sin embargo, el Evangelio proclamado en medio de las asambleas dominicales es siempre anuncio angélico de una claridad dirigida a entendimientos y corazones tardos para creer (cf. Lc 24,25), y por esto es suave, no explosivo, ya que —de otro modo— más que iluminar nos cegaría. Es la Vida del Resucitado que el Espíritu nos comunica con la Palabra y el Pan partido, respetando nuestro caminar hecho de pasos cortos y no siempre bien dirigidos.

Cada domingo recordemos que Jesús «entró a quedarse con ellos» (Lc 24,29), con nosotros. ¿Lo has reconocido hoy, cristiano?


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Buenos días, amigo/a.


Necesitamos crecer en cultura cívica para involucrarnos en el control

de la gestión gubernativa. Es importante que el ciudadano esté alerta

para que se respete la vida, don de Dios y el primero de todos los

derechos, desde el momento de la concepción hasta su fin natural.

Busquemos afianzar el bien común con leyes justas cumplidas en

conciencia por cada uno.

Con paso acompasado, iba la cigüeña matando y tragando por familias enteras los sapos, las lagartijas y demás inocentes bichos del

pantano. La llanura resonaba con el triste coro de sus ayes y de sus

maldiciones. La cigüeña, impasible, seguía su obra, indiferente a las

quejas. Le parecía que todos esos infelices metían demasiada bulla y

que harían mejor en callarse... Junto al bañado, conversaban la

mulita, la vizcacha y el zorrino. —Ahí está la cigüeña, - dijo la

mulita. Ha venido a pasar su temporada. Da gusto pasar un rato con

tan buena persona. —Cierto, es muy buena persona, -afirmó el zorrino.

—¡Excelente persona! -dijo la vizcacha. Y los tres repitieron

convencidos: —¡Excelente persona! “Según el juez, es el juicio”.

(Daireaux).


Movamos los mecanismos oportunos para que la gestión social, política y económica se oriente a una mayor equidad en la participación de los bienes espirituales, culturales y materiales, buscando el progreso de todos y, por lo tanto, y, en primer lugar, el de los más desfavorecidos. Todos debemos revalorizar la Política como arte de la convivencia humana. P. Natalio.


Santoral del Día: SAN JORGE



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EVANGELIO DEL DIA SABADO 22 DE ABRIL DE 2023

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https://youtu.be/DUHG4LIU7b4


SABADO 2 DE PASCUA


Texto del Evangelio (Jn 6,16-21): Al atardecer, los discípulos de Jesús bajaron a la orilla del mar, y subiendo a una barca, se dirigían al otro lado del mar, a Cafarnaúm. Había ya oscurecido, y Jesús todavía no había venido donde ellos; soplaba un fuerte viento y el mar comenzó a encresparse. Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, ven a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y tuvieron miedo. Pero Él les dijo: «Soy yo. No temáis». Quisieron recogerle en la barca, pero en seguida la barca tocó tierra en el lugar a donde se dirigían.

«Soy yo. No temáis»


Rev. D. Vicenç GUINOT i Gómez

(Sant Feliu de Llobregat, España)

Hoy, Jesús nos desconcierta. Estábamos acostumbrados a un Redentor que, presto para atender todo tipo de indigencia humana, no dudaba en recorrer a su poder divino. De hecho, la acción transcurre justo después de la multiplicación de los panes y peces a favor de la multitud hambrienta. Ahora, en cambio, nos desconcierta un milagro —el hecho de andar sobre las aguas— que parece, a primera vista, una acción de cara a la galería. ¡Pero no!, Jesús ya había descartado el uso de su poder divino para buscar el lucimiento o el provecho personal cuando al inicio de su misión rechazó las tentaciones del Maligno.

Al andar sobre las aguas, Jesucristo está mostrando su señorío sobre las cosas creadas. Pero también podemos ver una escenificación de su dominio sobre el Maligno, representado por un mar embravecido en la oscuridad.

«No temáis» (Jn 6,20), les decía Jesús en aquella ocasión. «Confiad, yo he vencido al mundo» (Jn 16,33), les dirá después en el Cenáculo. Finalmente, es Jesús quien dice a las mujeres en la mañana de Pascua, después de levantarse del sepulcro: «No tengáis miedo». Nosotros, por el testimonio de los Apóstoles, sabemos de su victoria sobre los enemigos del hombre, el pecado y la muerte. Por esto, hoy, sus palabras resuenan en nuestro corazón con una fuerza especial, porque son las palabras de Alguien que está vivo.

Las mismas palabras que Jesús dirigía a Pedro y a los Apóstoles las repetía San Juan Pablo II, sucesor de Pedro, al inicio de su pontificado: «No tengáis miedo». Era una llamada a abrir el corazón, la propia existencia al Redentor para que con Él no temamos ante los embates de los enemigos de Cristo.

Ante la personal fragilidad para llevar a buen puerto las misiones que el Señor nos pide (una vocación, un proyecto apostólico, un servicio...), nos consuela saber que María también —criatura como nosotros— oyó las mismas palabras de parte del ángel antes de afrontar la misión que el Señor le tenía encomendada. Aprendamos de ella a acoger la invitación de Jesús cada día, en cada circunstancia.


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Educar


Buenos días, amigo/a.


“Las palabras mueven, los ejemplos arrastran”, dice el proverbio. En

efecto, nada es mejor que el testimonio de vida para moldear el

carácter de los niños en el hogar o en la escuela. Por eso padres y

educadores deben vigilar su propia conducta para que incida

positivamente en los chicos. Por ejemplo: dominio de sí mismos,

sinceridad permanente, prioridad del deber, etc.


No educas cuando impones tus convicciones, sino cuando suscitas

convicciones personales. No educas cuando impones conductas, sino

cuando propones valores que motivan. Educas cuando enseñas a caminar, cuando despiertas el coraje de ser libres, cuando fomentas la capacidad de pensar por cuenta propia. No educas cuando impones el terror que aísla, sino cuando liberas el amor que acerca y comunica.

No educas cuando impones tu autoridad, sino cuando cultivas la

autonomía del otro. Educas cuando respetas la originalidad que

diferencia, cuando enseñas a buscar honestamente la verdad, cuando

formas personas responsables.


El que educa debe proponer, motivar y ayudar a adquirir buenos

hábitos. La única diferencia entre el adulto fracasado y el que ha

tenido éxito está en la diferencia de sus hábitos. Los buenos hábitos

son la clave de todo éxito. Por lo tanto, valorice el educador este

tiempo de formación, en que ayuda a poner las bases del futuro a los

niños y jóvenes. P. Natalio.


Santoral del Día: SANTA MARIA VIRGEN



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jueves, 20 de abril de 2023

EVANGELIO DEL DIA VIERNES 21 DE ABRIL DE 2023

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https://youtu.be/trVTamTnzNw


VIERNES 2 DE PASCUA


Texto del Evangelio (Jn 6,1-15): En aquel tiempo, se fue Jesús a la otra ribera del mar de Galilea, el de Tiberíades, y mucha gente le seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos. Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos. Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia Él mucha gente, dice a Felipe: «¿Dónde vamos a comprar panes para que coman éstos?». Se lo decía para probarle, porque Él sabía lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco». Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?».

Dijo Jesús: «Haced que se recueste la gente». Había en el lugar mucha hierba. Se recostaron, pues, los hombres en número de unos cinco mil. Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda». Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. Al ver la gente la señal que había realizado, decía: «Éste es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo». Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte Él solo.

«Se lo decía para probarle, porque Él sabía lo que iba a hacer»


Rev. D. Jordi POU i Sabater

(Sant Jordi Desvalls, Girona, España)

Hoy leemos el Evangelio de la multiplicación de los panes: «Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron» (Jn 6,11). El agobio de los Apóstoles ante tanta gente hambrienta nos hace pensar en una multitud actual, no hambrienta, sino peor aún: alejada de Dios, con una “anorexia espiritual”, que impide participar de la Pascua y conocer a Jesús. No sabemos cómo llegar a tanta gente... Aletea en la lectura de hoy un mensaje de esperanza: no importa la falta de medios, sino los recursos sobrenaturales; no seamos “realistas”, sino “confiados” en Dios. Así, cuando Jesús pregunta a Felipe dónde podían comprar pan para todos, en realidad «se lo decía para probarle, porque Él sabía lo que iba a hacer» (Jn 6,5-6). El Señor espera que confiemos en Él.

Al contemplar esos “signos de los tiempos”, no queremos pasividad (pereza, languidez por falta de lucha...), sino esperanza: el Señor, para hacer el milagro, quiere la dedicación de los Apóstoles y la generosidad del joven que entrega unos panes y peces. Jesús aumenta nuestra fe, obediencia y audacia, aunque no veamos enseguida el fruto del trabajo, como el campesino no ve despuntar el tallo después de la siembra. «Fe, pues, sin permitir que nos domine el desaliento; sin pararnos en cálculos meramente humanos. Para superar los obstáculos, hay que empezar trabajando, metiéndonos de lleno en la tarea, de manera que el mismo esfuerzo nos lleve a abrir nuevas veredas» (San Josemaría), que aparecerán de modo insospechado.

No esperemos el momento ideal para poner lo que esté de nuestra parte: ¡cuanto antes!, pues Jesús nos espera para hacer el milagro. «Las dificultades que presenta el panorama mundial en este comienzo del nuevo milenio nos inducen a pensar que sólo una intervención de lo alto puede hacer esperar un futuro menos oscuro», escribió San Juan Pablo II. Acompañemos con el Rosario a la Virgen, pues su intercesión se ha hecho notar en tantos momentos delicados por los que ha surcado la historia de la Humanidad.


MEMORIAS Y REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

El pato en el corral

Buenos días, amigo/a.


El conocimiento de uno mismo es llave de sabiduría, porque desde tu

realidad personal puedes crecer y superarte. Epitecto, filósofo

griego, escribió que “La cosa más difícil es conocernos a nosotros

mismos, la cosa más fácil, hablar mal de los demás”. Conocerte es

encontrarte con tus límites y fragilidades, y también con tus logros y

fortalezas. Ten un tiempo para evaluarte.

Las gallinas y los pavos se burlaban del pato, porque no sabía correr;

y hasta de volar y quizá de nadar opinaban que se había vuelto

incapaz, desde que se acomodó a la buena vida del corral. El pato se

sonreía y casi dejaba entender que la misma opinión tenía él de sus

incapacidades. De repente cruzó un perro disparando por entre las aves y la fuga fue general; pavos y gallinas, corriendo y volando, se

desparramaron. Cuando se acordaron del pato con asombro vieron que, de un vuelo poderoso, había ido a dar a una laguna retirada y que la estaba atravesando a nado con gran rapidez, habiendo hecho por lo menos dos veces más camino que el más veloz de ellos. G. Daireaux.

Hay una realidad indiscutible, normal y prevista por Dios con un

designio de amor: los talentos han sido distribuidos en forma

desigual. ¿No te parece que es con el fin de hacernos crecer en el

amor y el servicio complementándonos, ayudándonos, intercambiando los dones, integrándonos a la familia humana? Nunca envidies, sino valora y desarrolla tus dones. P. Natalio.


Santoral del Día: SAN ANSELMO DE CANTERBURY



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