viernes, 2 de agosto de 2019

Evangelio del día - 3/08/2019

SI QUIERES ESCUCHAR ESTE MISMO EVANGELIO, HAZ CLIC EN EL SIGUIENTE ENLACE Y ENCIENDE PARLANTES:


Día litúrgico: Sábado XVII del tiempo ordinario

Ver 1ª Lectura y Salmo
Texto del Evangelio (Mt 14,1-12): En aquel tiempo, se enteró el tetrarca Herodes de la fama de Jesús, y dijo a sus criados: «Ese es Juan el Bautista; él ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él fuerzas milagrosas».

Es que Herodes había prendido a Juan, le había encadenado y puesto en la cárcel, por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo. Porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla». Y aunque quería matarle, temió a la gente, porque le tenían por profeta.

Mas llegado el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio de todos gustando tanto a Herodes, que éste le prometió bajo juramento darle lo que pidiese. Ella, instigada por su madre, «dame aquí, dijo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista». Entristecióse el rey, pero, a causa del juramento y de los comensales, ordenó que se le diese, y envió a decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue traída en una bandeja y entregada a la muchacha, la cual se la llevó a su madre. Llegando después sus discípulos, recogieron el cadáver y lo sepultaron; y fueron a informar a Jesús.

«Se enteró el tetrarca Herodes de la fama de Jesús»

Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez Secretario del obispo de Sant Feliu
(Sant Feliu de Llobregat, España)

Hoy, la liturgia nos invita a contemplar una injusticia: la muerte de Juan Bautista; y, a la vez, descubrir en la Palabra de Dios la necesidad de un testimonio claro y concreto de nuestra fe para llenar de esperanza el mundo.

Os invito a centrar nuestra reflexión en el personaje del tetrarca Herodes. Realmente, para nosotros, es un contratestigo pero nos ayudará a destacar algunos aspectos importantes para nuestro testimonio de fe en medio del mundo. «Se enteró el tetrarca Herodes de la fama de Jesús» (Mt 14,1). Esta afirmación remarca una actitud aparentemente correcta, pero poco sincera. Es la realidad que hoy podemos encontrar en muchas personas y, quizás también en nosotros. Mucha gente ha oído hablar de Jesús, pero, ¿quién es Él realmente?, ¿qué implicación personal nos une a Él?

En primer lugar, es necesario dar una respuesta correcta; la del tetrarca Herodes no pasa de ser una vaga información: «Ese es Juan el Bautista; él ha resucitado de entre los muertos» (Mt 14,2). De cierto que echamos en falta la afirmación de Pedro ante la pregunta de Jesús: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Simón Pedro le respondió: ‘Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo’» (Mt 16,15-16). Y esta afirmación no deja lugar para el miedo o la indiferencia, sino que abre la puerta a un testimonio fundamentado en el Evangelio de la esperanza. Así lo definía San Juan Pablo II en su Exhortación apostólica La Iglesia en Europa: «Con toda la Iglesia, invito a mis hermanos y hermanas en la fe a abrirse constante y confiadamente a Cristo y a dejarse renovar por Él, anunciando con el vigor de la paz y el amor a todas las personas de buena voluntad que, quién encuentra al Señor conoce la Verdad, descubre la Vida y reconoce el Camino que conduce a ella».

Que, hoy sábado, la Virgen María, la Madre de la esperanza, nos ayude a descubrir realmente a Jesús y a dar un buen testimonio de Él a nuestros hermanos.

REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

El ciempiés
Buenos días, amigo/a

A veces puedes confundirte y trabarte en cosas simples y obvias. Te quedas cavilando y no avanzas, cuando la solución es una sola: lanzarte a la acción con valor. Así verás cómo se esfuman las excusas, desaparece el temor y te sientes más fuerte para concretar tus sueños, cumplir tus planes y acercarte a tus anheladas metas. Aquí tienes una fábula moderna.

Qué complicación —exclamó el Abad viendo caminar a un ciempiés— y qué maravilla: lo hace tan bien que parece fácil. De pronto, le vino a la memoria una historieta que había escuchado no sabía dónde: "El pequeño ciempiés sintió que debía lanzarse a caminar, y preguntó inquieto a su madre: —Para andar, ¿qué pies debo mover primero: los pares o los impares, los de la derecha o los de la izquierda, ¿los de delante o lo de detrás? ¿O los del centro? ¿Y cómo? ¿Y por qué? —Cuando quieras andar, hijo mío, le respondió la madre, deja de cavilar y... anda".

Prepara tu mente y corazón para vencer las tentaciones de retardar las cosas para un mañana que nunca llega. Te ayudará a conseguirlo, repetirte una y otra vez hasta interiorizarla una consigna de los triunfadores de todos los tiempos: “Procederé ahora mismo, ya, ya, ya. No dejaré para mañana lo que puedo hacer hoy”. Pruébalo y comprobarás su eficacia. P. Natalio.

Santoral del Día: BEATO AGUSTIN DE LUCERA


Si quieres conocer mas sobre la vida de este Beato, haz clic en el siguiente enlace:



No hay comentarios:

Publicar un comentario