viernes, 5 de febrero de 2021

Evangelio del día Viernes 5 de febrero de 2021

SI QUIERES ESCUCHAR ESTE MISMO EVANGELIO, HAZ CLIC EN EL SIGUIENTE ENLACE Y ENCIENDE PARLANTES


https://youtu.be/wapGRSArE0Q


Texto del Evangelio (Mc 6,14-29): En aquel tiempo, se había hecho notorio el nombre de Jesús y llegó esto a noticia del rey Herodes. Algunos decían: «Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas». Otros decían: «Es Elías»; otros: «Es un profeta como los demás profetas». Al enterarse Herodes, dijo: «Aquel Juan, a quien yo decapité, ése ha resucitado». Es que Herodes era el que había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. Porque Juan decía a Herodes: «No te está permitido tener la mujer de tu hermano». Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía, pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto.


Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea. Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré». Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino». Salió la muchacha y preguntó a su madre: «¿Qué voy a pedir?». Y ella le dijo: «La cabeza de Juan el Bautista». Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: «Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista». El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales. Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura.

«Se había hecho notorio el nombre de Jesús y llegó esto a noticia del rey Herodes»


Rev. D. Ferran BLASI i Birbe

(Barcelona, España)

Hoy, en este pasaje de Marcos, se nos habla de la fama de Jesús —conocido por sus milagros y enseñanzas—. Era tal esta fama que para algunos se trataba del pariente y precursor de Jesús, Juan el Bautista, que habría resucitado de entre los muertos. Y así lo quería imaginar Herodes, el que le había hecho matar. Pero este Jesús era mucho más que los otros hombres de Dios: más que aquel Juan; más que cualquiera de los profetas que hablaban en nombre del Altísimo: Él era el Hijo de Dios hecho Hombre, Perfecto Dios y perfecto Hombre. Este Jesús —presente entre nosotros—, como hombre, nos puede comprender y, como Dios, nos puede conceder todo lo que necesitamos.


Juan, el precursor, que había sido enviado por Dios antes que Jesús, con su martirio le precede también en su pasión y muerte. Ha sido también una muerte injustamente infligida a un hombre santo, por parte del tetrarca Herodes, seguramente a contrapelo, porque éste le tenía aprecio y le escuchaba con respeto. Pero, en fin, Juan era claro y firme con el rey cuando le reprochaba su conducta merecedora de censura, ya que no le era lícito haber tomado a Herodías como esposa, la mujer de su hermano.


Herodes había accedido a la petición que le había hecho la hija de Herodías, instigada por su madre, cuando, en un banquete —después de la danza que había complacido al rey— ante los invitados juró a la bailarina darle aquello que le pidiera. «¿Qué voy a pedir?», pregunta a la madre, que le responde: «La cabeza de Juan el Bautista» (Mc 6,24). Y el reyezuelo hace ejecutar al Bautista. Era un juramento que de ninguna manera le obligaba, ya que era cosa mala, contra la justicia y contra la conciencia.


Una vez más, la experiencia enseña que una virtud ha de ir unida a todas las otras, y todas han de crecer orgánicamente, como los dedos de una mano. Y también que cuando se incurre en un vicio, viene después la procesión de los otros.


REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:

Libros: compañeros de vacaciones

Buenos días, amigo/a

¡Qué maravillosos horizontes se abren ante los buenos lectores con un libro ante los ojos! El filósofo Francis Bacon sabía cómo sacar el máximo provecho a los libros que se lo merecen. Él había experimentado que “algunos libros son probados, otros devorados, poquísimos masticados y digeridos”. Sólo esta última forma de tratar a un libro produce un verdadero enriquecimiento.

Mark Twain, humorista americano, solía decir: —Un libro siempre es útil: si está encuadernado en cuero, sirve para suavizar la navaja; si es una obra clara y concisa como las que escriben los franceses, es útil para colocarla debajo de la pata de una mesa para nivelarla; una obra antigua que tenga chapas y broches de bronce es utilísima para tirársela al gato; y un libro delgado, pero de grandes dimensiones, como un atlas, puede remplazar perfectamente a un vidrio roto.

“Los que saben ocuparse en cualquiera lectura útil y agradable, jamás sienten el tedio que devora a los demás hombres en medio de las riquezas y pasatiempos”, escribió Fenelón. A su vez Emerson dijo que “en muchas ocasiones la lectura de un libro abrió el camino del éxito a un hombre, decidiendo el curso de su vida”. Que el hábito de la lectura te acompañe siempre. P. Natalio.


Santoral del Día:  SANTA AGUEDA



Si quieres conocer mas sobre la vida de esta Santa, haz clic en el siguiente enlace:


https://www.aciprensa.com/recursos/biografia-4102



No hay comentarios:

Publicar un comentario