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Sábado 29 del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Lc 13,1-9): En aquel tiempo, llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo».
Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?’. Pero él le respondió: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas’».
«Fue a buscar fruto (...) y no lo encontró»
+ Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret
(Vic, Barcelona, España)
Hoy, las palabras de Jesús nos invitan a meditar sobre el inconveniente de la hipocresía: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró» (Lc 13,6). El hipócrita aparenta ser lo que no es. Esta mentira llega a su cima al fingir virtud (aspecto moral) siendo vicioso, o devoción (aspecto religioso) al buscarse uno mismo y sus propios intereses y no a Dios. La hipocresía moral abunda en el mundo, la religiosa perjudica a la Iglesia.
Las invectivas de Jesús contra los escribas y fariseos —más claras y directas en otros pasajes evangélicos— son terribles. No podemos leer o escuchar lo que acabamos de leer o escuchar sin que estas palabras nos lleguen al fondo del corazón, si realmente las hemos escuchado y entendido.
Lo diré en plural personal, ya que todos experimentamos la distancia entre lo que aparentamos ser y lo que somos de veras. Lo somos los políticos cuando nos aprovechamos del país proclamando que estamos a su servicio; los cuerpos de seguridad cuando protegemos a grupos corruptos en nombre del orden público; el personal sanitario cuando suprimimos vidas incipientes o terminales en nombre de la medicina; los medios de comunicación social cuando falseamos las noticias y pervertimos al personal diciendo que lo estamos divirtiendo; los administradores de los fondos públicos cuando desviamos una parte de ellos hacia nuestros bolsillos (individuales o de partido) y alardeamos de honestidad pública; los laicistas cuando impedimos la dimensión pública de la religión en nombre de la libertad de conciencia; los religiosos cuando vivimos de nuestras instituciones con infidelidad al espíritu y a las exigencias de los fundadores; los sacerdotes cuando vivimos del altar pero no servimos abnegadamente a nuestros feligreses con espíritu evangélico; etc.
¡Ah!: y tú y yo también, en la medida en que nuestra conciencia nos dice lo que tenemos que hacer y dejamos de hacerlo para dedicarnos únicamente a ver la paja en el ojo ajeno sin querer darnos cuenta siquiera de la viga que ciega el nuestro. ¿O no?
—Jesús, Salvador del mundo, ¡sálvanos de nuestras pequeñas, medianas y grandes hipocresías!
REFLEXIONES DEL PADRE NATALIO:
Novios responsables
Buenos días, amigo/a.
Antes de casarse es oportuno que los novios se pregunten y evalúen si están maduros para afrontar las responsabilidades del futuro matrimonio. Un buen noviazgo es un tiempo intenso de crecimiento en controlar las emociones negativas, en desarrollar el sentido de la realidad, en tomar decisiones correctas, en superar el egoísmo, en ser fiel a los principios, etc.
1. Dos amigas se vuelven a encontrar. Pregunta la primera: “¡Eh!, decime, ¿estás comprometida todavía con Raulito?” Contesta la segunda: “No. Desde hace una eternidad ya no más”. “Y, ¿cómo lograste terminar el noviazgo con ese bobo?”. “¡Me casé con él!”.
2. Un médico se dirige a su bella hija: “¿Le dijiste a ese joven que todos los días te está buscando, que lo considero un vago?”. “Sí. Se lo dije. Y él contestó que no es la primera vez que vos haces un diagnóstico equivocado”.
Augurios a los ya casados: Que tengan la dicha de ser amigos. Que tengan la valentía de ser sinceros. Que tengan el corazón y la puerta abiertos para todos. Que tengan el gozo de ser fieles por amor y no por obligación. En fin, que tengan la felicidad de llegar juntos al final del camino, habiendo constatado que el amor es posible… si cada día lo piden a Dios. P. Natalio.
Santoral del Día: SAN JUAN DE CAPISTRANO
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